Cáncer de riñón (carcinoma de células renales)

Básico

El cáncer de riñón se basa en cambios malignos en las células renales. Si el cáncer se desarrolla a partir de diferentes células del tejido renal, se denomina carcinoma de células renales. El carcinoma de células renales es el tipo de tumor renal más frecuente en los adultos, y representa más del 80% de los casos. Sin embargo, en términos generales, los carcinomas de células renales son bastante raros, ya que sólo representan alrededor del tres por ciento de todos los casos de cáncer.

Los demás tipos de cáncer de riñón se desarrollan a partir de las vías urinarias o del tejido linfático. También existe la posibilidad de que los tumores renales sean metástasis (tumores hijos) de otros cánceres del cuerpo.

En Alemania, cada año se producen más de 6.500 nuevos casos en mujeres y más de 10.000 en hombres. La incidencia de la enfermedad aumenta considerablemente con la edad: la edad media de aparición es de 67 años para los hombres y 71 para las mujeres.

Causas

Hasta ahora se desconocen las causas exactas del desarrollo de un tumor renal. Sin embargo, el tabaquismo, la obesidad, el consumo de alcohol, la insuficiencia renal (debilidad renal crónica) y los quistes renales se consideran factores de riesgo. En raras ocasiones, el carcinoma de células renales también puede ser el resultado de cambios genéticos. No está claro si la exposición crónica a sustancias como el cadmio puede favorecer el desarrollo del cáncer de riñón.

En la mayoría de los casos, el tumor renal se localiza en el polo inferior de un riñón en la corteza renal y prolifera hacia la pelvis renal. Sólo en muy raras ocasiones los dos riñones se ven afectados por un tumor.

Los carcinomas de células renales tienden a extenderse en una fase relativamente temprana a través de los vasos linfáticos y sanguíneos y a formar metástasis. Las metástasis suelen afectar a los ganglios linfáticos, los huesos, los pulmones, el hígado y el cerebro. También son posibles las metástasis en el otro riñón.

Según los expertos, dejar de fumar y mantener un peso corporal normal son las mejores prevenciones contra el desarrollo del carcinoma de células renales.

Síntomas

Inicialmente, el carcinoma de células renales pasa desapercibido en la gran mayoría de los casos. Sólo más tarde la enfermedad puede hacerse notar: las siguientes molestias y síntomas pueden ser signos de un tumor renal:

  • Hematuria (sangre en la orina)
  • Dolor de costado (dolor en la espalda)
  • Pérdida de peso repentina
  • Anemia (falta de sangre)
  • Nueva aparición de hipertensión (presión arterial alta)
  • Tumor palpable en el abdomen
  • Deterioro de los valores de la función hepática
  • Hipercalcemia (aumento de los niveles de calcio en la sangre)
  • Fiebre
  • Cambios en la presión arterial

Más de la mitad de los diagnósticos de cáncer de riñón se hacen por casualidad durante las ecografías del abdomen.

Diagnóstico

Normalmente, el carcinoma de células renales no puede ser detectado por el médico durante un examen físico. Sin embargo, en casos raros, puede haber evidencia de un tumor canceroso en el riñón. Ejemplos de ello serían:

  • Resistencia palpable en la exploración de la región abdominal.
  • Agrandamiento de los ganglios linfáticos en la zona del cuello.
  • Acumulación de agua en el testículo (llamada hidrocele) que no desaparece cuando se levanta el testículo.
  • Edema pronunciado (retención de agua) en las piernas.

Sin embargo, estos signos suelen indicar otras enfermedades y sólo se dan en casos excepcionales de cáncer de riñón. Un análisis de sangre puede detectar cualquier efecto del carcinoma de células renales en el metabolismo del cuerpo.

Los procedimientos más importantes para el diagnóstico final de un tumor renal son la tomografía computarizada (TC) y la ecografía del abdomen. Antes de realizar el TAC, se suele administrar un medio de contraste radiográfico.

Si el tumor renal va a ser tratado quirúrgicamente, debe realizarse siempre un TAC o una RMN (resonancia magnética) para poder planificar de forma óptima la operación. Además, el grado de propagación del carcinoma de células renales y las posibles metástasis (tumores hijos) pueden detectarse con la ayuda de estos procedimientos de imagen.

Si se sospecha que hay metástasis, también se puede realizar una radiografía, un TAC de tórax, un TAC de cabeza y una gammagrafía de los huesos. En casos muy raros, también es necesario realizar una angiografía (imagen de los vasos sanguíneos mediante rayos X y medio de contraste) de las arterias renales. La biopsia con aguja fina (toma y examen de una muestra de tejido) del tejido renal también se realiza sólo en casos excepcionales.

Terapia

Existen diferentes enfoques terapéuticos para el tratamiento del carcinoma de células renales:

Cirugía

Incluso hoy en día, el único tratamiento que puede conducir a la curación del cáncer es la extirpación completa del riñón afectado por el cáncer y, en ciertos casos, de los ganglios linfáticos circundantes. Además, puede ser necesaria la extirpación de la glándula suprarrenal. Sólo en raras ocasiones se puede extirpar quirúrgicamente el cáncer de riñón y preservar al mismo tiempo su función.

Especialmente en personas sin metástasis, la extirpación quirúrgica del tumor es el tratamiento de elección. Sin embargo, la cirugía también puede realizarse en pacientes con metástasis, por ejemplo, para aliviar el dolor o para aumentar las posibilidades de éxito de otros tratamientos.

Tratamiento farmacológico

Existen diferentes fármacos para tratar el cáncer de riñón. El efecto suele consistir en influir en el metabolismo de las células cancerosas (por ejemplo, en el suministro de sangre o de nutrientes) y evitar así que el cáncer progrese. Algunos ejemplos serían:

  • Inhibidores de la tirosina quinasa (por ejemplo, sunitinib).
  • Inhibidores de mTor (por ejemplo, temsirolimus)
  • Inmunoterapia con interleucina-2 e interferón-alfa (provoca la activación del sistema inmunitario, lo que se supone que frena el crecimiento del tumor)
  • Anticuerpos monoclonales (por ejemplo, bevacizumab)

A menudo, se utilizan diferentes métodos de tratamiento en combinación para lograr las mejores posibilidades de éxito.

Radiación / quimioterapia

En algunos casos, como las metástasis a distancia en el cerebro o en los huesos, se puede administrar radioterapia para reducir los síntomas de la enfermedad. La quimioterapia no tiene éxito en el carcinoma de células renales.

Previsión

El pronóstico del cáncer de riñón depende en gran medida del momento del diagnóstico. Cuanto más tarde se descubra el cáncer, más grande será el tumor y mayor será el riesgo de metástasis. Con la ayuda de los exámenes ecográficos, muchos carcinomas de células renales pueden diagnosticarse hoy en día en una fase muy temprana. La tasa de supervivencia a cinco años (número de pacientes vivos cinco años después del diagnóstico) es de aproximadamente el 65%.

Si tiene problemas renales, como una orina descolorida o un dolor inexplicable en el costado, es aconsejable que acuda al médico a tiempo para que se pueda detectar un posible tumor. Además, el riesgo de enfermedad puede reducirse significativamente absteniéndose de consumir nicotina y alcohol y evitando el aumento de peso corporal.

Danilo Glisic

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