Cáncer de vagina (carcinoma vaginal)

Básico

El carcinoma vaginal es un tumor maligno en la zona de la vagina que afecta principalmente a las mujeres mayores de 60 años. En términos relativos, no son muchas las mujeres que desarrollan un cáncer vaginal; el carcinoma vaginal sólo ocupa el quinto lugar en cuanto a la frecuencia de diversos tumores en las mujeres. El pico de incidencia se sitúa entre los 60 y los 70 años. Todavía no se conoce la forma en que se desarrolla el cáncer. Sin embargo, se sabe que las infecciones por VPH (virus del papiloma humano) favorecen el desarrollo del carcinoma vaginal.

En el cáncer de vagina se pueden distinguir diferentes tipos de tumores. Entre ellos, el carcinoma de células escamosas, que surge de la capa más superficial de la mucosa, es el tumor más común. Sin embargo, en casos raros, el carcinoma vaginal también puede surgir de las glándulas de la mucosa vaginal y entonces se denomina adenocarcinoma. Los tumores de tipo melanoma (cáncer de piel negro) son aún más raros.

Causas

Los factores causales del carcinoma vaginal no se conocen del todo. Sin embargo, es cierto que las infecciones por el virus del papiloma humano pueden favorecer no sólo el desarrollo del cáncer de cuello de útero, sino también del cáncer de vagina. El virus del papiloma humano puede dividirse en diferentes subtipos, incluyendo tipos con mayor y menor riesgo de cáncer, y afecta predominantemente a los genitales femeninos. Los tipos de alto riesgo alteran el epitelio de la mucosa, dando lugar al desarrollo de una neoplasia intraepitelial vaginal, que puede degenerar en un carcinoma vaginal.

Metástasis

La metástasis en el cáncer vaginal se produce principalmente a través del sistema linfático, y en algunos casos también a través de los vasos sanguíneos. Por esta razón, el cáncer de vagina se extiende con más frecuencia a los ganglios linfáticos circundantes y no forma metástasis en otros órganos con tanta frecuencia como otros cánceres. Si los carcinomas se localizan en el tercio superior o medio de la vagina, el cáncer suele extenderse a los ganglios linfáticos de la pelvis. En cambio, en los tumores del tercio inferior de la vagina, las metástasis se encuentran principalmente en los ganglios linfáticos de la región inguinal.

El cáncer de vagina también puede desarrollarse a través de la propagación de otros cánceres, como las metástasis del cáncer de cuello de útero o del carcinoma de células renales.

Síntomas

El carcinoma vaginal no provoca ningún síntoma en las primeras fases de la enfermedad; los primeros síntomas sólo aparecen a medida que la enfermedad avanza y el tumor crece. Entre ellas se encuentra el sangrado vaginal, que se produce con frecuencia después de las relaciones sexuales. El aumento del flujo, especialmente si está mezclado con sangre, también puede ser una señal de advertencia de cáncer vaginal.

Además, los cánceres vaginales en etapas posteriores pueden provocar conexiones entre la vagina y la vejiga urinaria y entre la vagina y el recto, lo que puede hacer que las heces y la orina pasen por la vagina.

Si el cáncer vaginal afecta a los tejidos u órganos adyacentes, puede provocar dolor abdominal o molestias al orinar y defecar.

Diagnóstico

Como examen básico, la vagina suele examinarse primero con un colposcopio para buscar cambios sospechosos en el epitelio de la mucosa. Si se encuentran cambios, se toman pequeñas muestras de tejido, lo que permite realizar el diagnóstico. La toma de muestras, también llamada biopsia, no suele requerir anestesia general.

Para averiguar si el cáncer se ha extendido a otros órganos, como el recto o la vejiga, se suele realizar un examen endoscópico. También es posible que se utilicen procedimientos de imagen como el TAC o la RMN para la denominada estadificación del tumor, es decir, para determinar la evolución de la enfermedad. Por ejemplo, estos exámenes pueden determinar si los ganglios linfáticos pélvicos ya han sido afectados por tejido tumoral. Los ganglios linfáticos de la región inguinal pueden evaluarse bien mediante ecografía, que se prefiere porque es más fácil de realizar.

Terapia

El tratamiento del carcinoma vaginal depende principalmente del progreso y la extensión de la enfermedad, así como de la edad y el estado físico de la persona afectada. Las opciones de tratamiento incluyen la cirugía en algunas etapas, la radioterapia en otras, o una combinación de ambas.

Si el tumor está demasiado cerca del cuello uterino, es necesario realizar una resección parcial de la vagina. Se trata de una extirpación radical del útero y de los ganglios linfáticos circundantes.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, el cáncer vaginal se trata con radioterapia, en la que se irradian tanto la vagina como los ganglios linfáticos. La radioterapia puede administrarse desde el interior de la vagina o desde el exterior del cuerpo. Si el carcinoma vaginal ya afecta a otros órganos, también debe considerarse la posibilidad de aplicar quimioterapia.

El tratamiento del carcinoma vaginal puede provocar la constricción de la vagina, lo que puede causar molestias durante las relaciones sexuales en algunas pacientes.

Previsión

El pronóstico del cáncer de vagina viene determinado principalmente por la evolución de la enfermedad, el tipo de tumor y la edad de la mujer. La tasa de supervivencia a cinco años del carcinoma vaginal es de aproximadamente el 40%. Esto significa que el carcinoma vaginal también tiene una tasa de curación inferior a la del cáncer de cuello de útero.

Sin embargo, hay que mencionar que las posibilidades de curación pueden variar mucho de una mujer a otra y el pronóstico de cada afectada debe determinarse individualmente.

Danilo Glisic

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