Dolor crónico

Básico

El dolor agudo (dolor protector) puede entenderse como una señal de alarma del organismo, que tiene por objeto informar al cerebro de un trastorno físico. El dolor crónico, en cambio, ha perdido su finalidad real y existe de forma independiente. Esto ocurre cuando las células nerviosas señalan al cerebro un dolor que no tiene causa aparente.

Según la Liga Alemana del Dolor, muchos millones de personas se ven afectadas por el dolor agudo o crónico. Algunos de los afectados padecen dolores tan complejos que sólo deben consultar a especialistas, los llamados médicos analgésicos. Sin embargo, sus servicios de tratamiento siguen sin utilizarse en gran medida.

Los expertos distinguen tres tipos básicos de síntomas de dolor crónico:

  • Dolor de proyección periférica (por ejemplo, neuralgia del trigémino, síndrome de Sudeck).
  • Dolor central que se extiende desde el cerebro o la médula espinal (por ejemplo, dolor ardiente continuo después de un accidente cerebrovascular, "dolor talámico")
  • Dolor de transferencia (aquel que se proyecta sobre una zona específica de la piel debido a un daño orgánico, "zona de la cabeza").

Causas

El dolor crónico no es un estado natural del organismo, sino que se produce cuando los impulsos nerviosos se independizan. Si una célula nerviosa da impulsos al cerebro durante semanas, por ejemplo después de una lesión, su metabolismo sufre un cambio.

Si el dolor dura al menos de tres a seis meses y provoca una restricción mental y física en el paciente, se denomina dolor crónico.

El origen del dolor crónico puede ser una enfermedad reumática, una hernia discal o una inflamación. Una vez que este dolor cesa, la célula, sin embargo, suele seguir enviando impulsos. En este caso, se habla de una memoria del dolor entrenada.

La transmisión de la señal alterada suele tener lugar en la médula espinal. Aquí es donde se produce la activación de la memoria del dolor. Una vez que se ha producido esta activación, es difícil no experimentar como dolor estímulos agradables como el calor, el tacto o el estiramiento. Esto puede llegar a tal punto que incluso el estrés mental, el miedo o el mero recuerdo de las picaduras y los tirones pueden tener un efecto desencadenante del dolor.

Para evitar la activación de la memoria del dolor, el dolor agudo debe tomarse en serio y tratarse a tiempo. Esta es la única manera de evitar la transición del dolor agudo al crónico.

Síntomas

Si el dolor persiste durante un periodo de al menos tres a seis meses y provoca un fuerte deterioro de la persona afectada, se denomina dolor crónico. En este caso, la causa original del dolor no suele estar presente o no puede eliminarse. Además, ciertas influencias ambientales, como el estrés o los cambios de tiempo, pueden provocar un aumento del dolor o incluso desencadenarlo.

Las formas más comunes de dolor crónico son

  • Dolor de espalda (por ejemplo, después de una hernia discal, síndrome de compresión de la raíz nerviosa)
  • Dolores de cabeza (por ejemplo, migraña, cefaleas tensionales, cefaleas por analgésicos, cefaleas en racimo)
  • Dolor reumático (incluyendo artritis, firbomialgia)
  • Neuralgia (por ejemplo, neuralgia del trigémino, herpes zóster)
  • Dolor tumoral (principalmente con metástasis óseas)
  • Dolor causado por procesos degenerativos (dolor degenerativo, por ejemplo, osteoporosis, artrosis)
  • Dolor fantasma (por ejemplo, después de amputaciones o ciertas lesiones nerviosas (rotura de plexo))

Diagnóstico

Alrededor del 50% de las personas que padecen dolor crónico consultan al médico. Las numerosas diferencias en la forma del dolor, así como los diferentes orígenes del dolor crónico, dejan claro que es necesario un diagnóstico detallado para crear una terapia multifacética.

Normalmente, el médico tratante dedica mucho tiempo a las personas con dolor crónico y realiza un historial de dolor detallado. La persona afectada debe llevar un diario del dolor. Esto ayuda al médico a encontrar el motivo de los síntomas. Los hallazgos adicionales, como las cartas de los médicos más antiguos y las radiografías, también pueden ser útiles para el diagnóstico.

El médico también intenta averiguar los posibles factores de estrés en la situación vital actual, ya que éstos tienen una gran influencia en la percepción actual del dolor. Además, la intensidad del dolor es evaluada por el propio afectado en una escala (escala visual analógica).

Se pueden utilizar los siguientes exámenes:

  • Examen físico detallado
  • Examen neurológico
  • Examen ortopédico
  • Posiblemente diagnósticos neurofisiológicos adicionales: electoneurografía (ENG) y electromiografía (EMG)
  • Métodos de examen de imagen como la ecografía, la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM).

Terapia

La terapia está orientada a las múltiples causas y factores que agravan la enfermedad. Esto se hace tanto con medicamentos como mediante métodos complementarios que incluyen componentes físicos, psicológicos y sociales.

El objetivo de la terapia del dolor es, por un lado, interrumpir la conducción del dolor (medicinal) y, por otro, cambiar la percepción del dolor de la persona (no medicinal).

Medicación:

La medicación suele ser la base de muchos tratamientos a largo plazo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tratamiento del dolor se divide en tres etapas (esquema de etapas de la OMS):

  • Fase I: Antiinflamatorios no esteroideos para el dolor leve.
  • Nivel II: Opioides para el dolor moderado a severo
  • Nivel III: Opiáceos para el dolor severo o muy severo

A menudo, el tratamiento comienza con la retirada de los medicamentos mencionados anteriormente, que pueden desempeñar un papel en la cronicidad del dolor crónico. Un ejemplo es la cefalea inducida por fármacos, que se desarrolla cuando los enfermos consumen analgésicos durante más de diez días al mes. Pueden administrarse medicamentos complementarios para algunas formas de dolor, como los anticonvulsivos para los cólicos. Algunos antidepresivos tienen a veces un efecto analgésico muy bueno como efecto secundario positivo.

Además, los fármacos del grupo de los antiepilépticos también pueden utilizarse contra el dolor continuo. Esto es especialmente cierto en el caso del dolor nervioso (neuralgia), donde agentes como la carbamezepina, la oxcarbamezepina, la gabapentina o la pregabalina han demostrado tener un efecto claramente positivo.

Otras terapias:

Dependiendo de la forma de dolor, hay otras formas de terapia para elegir, además de la psicoterapia y la medicación:

  • Acupuntura
  • Terapia de ejercicios
  • Terapia conductual, como el entrenamiento para el manejo del estrés o la biorretroalimentación
  • fisioterapia y terapia manual para fortalecer o aliviar grupos musculares
  • La estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS) puede utilizarse para estimular las estructuras nerviosas mediante la aplicación de impulsos eléctricos en la piel.
  • Entrenamiento autógeno
  • Bloqueos nerviosos, por ejemplo, bloqueo del nervio simpático mediante la administración de guanetidina
  • Bombas para el dolor, que se implantan y suministran continuamente sustancias activas para aliviar el dolor
  • Anestesia local o regional, por ejemplo, con catéteres peridurales
  • Operaciones de alivio, por ejemplo, para el síndrome del túnel carpiano
  • Cirugía paliativa para reducir el dolor en los casos de cáncer que no se pueden curar

Estilo de vida:

A veces, métodos sencillos como un cambio de dieta o un cambio de trabajo pueden tener un efecto positivo sobre el dolor.

Algunas terapias contra el dolor sólo pueden realizarse en régimen de hospitalización o en una clínica ambulatoria del dolor. Aquí colaboran diferentes expertos, como anestesistas, psicoterapeutas, cirujanos, ortopedistas y neurólogos.

Para tener una idea del curso y del éxito, se anima a los pacientes a seguir llevando en casa cuestionarios sobre el dolor, diarios sobre el dolor y documentos sobre la evolución.

Previsión

Un problema importante para los pacientes con dolor crónico es la falta de atención especializada. En consecuencia, muchos enfermos sufren más de lo necesario el dolor porque no se les proporciona una atención individualizada.

Las personas que padecen dolor crónico deberían tener en cuenta los siguientes puntos:

  • Debe consultarse a un especialista en dolor especialmente formado.
  • La medicación debe tomarse según lo prescrito y no sólo cuando sea necesario para evitar la reaparición del dolor.
  • El autocontrol es importante, sobre todo en qué situaciones el dolor mejora o empeora.
  • El ejercicio, en cualquiera de sus formas, es importante. Puede ser haciendo footing, caminando o nadando. La actividad física regular fortalece el cuerpo y la psique y, por tanto, ayuda a aliviar el dolor.
Danilo Glisic

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