Enfermedad coronaria (CHD)

Básico

La cardiopatía coronaria es una enfermedad grave del corazón en la que se producen trastornos circulatorios en las arterias coronarias. Estas arterias también se denominan arterias coronarias. Están dispuestas en un anillo alrededor del músculo cardíaco y aseguran el suministro de oxígeno y nutrientes.

La enfermedad coronaria incluye una sensación de opresión en el pecho (angina de pecho), así como un ataque al corazón o una muerte súbita cardíaca. La causa de la cardiopatía coronaria es la arteriosclerosis de los vasos coronarios (esclerosis coronaria), que se caracteriza por la acumulación de grasas sanguíneas, coágulos de sangre (trombos) y tejido conectivo en las paredes internas de los vasos. La cardiopatía isquémica se considera una enfermedad de la opulencia. Los factores que aumentan el riesgo de enfermedad son:

  • Sobrepeso (y aquí principalmente grasa abdominal).
  • Diabetes
  • Presión arterial alta
  • Niveles altos de grasa en la sangre
  • Poco ejercicio
  • Fumar

Las cardiopatías coronarias son desde hace años la primera causa de muerte en Alemania, lo que las convierte en una de las enfermedades más importantes y extendidas. Los hombres se ven afectados antes y con más frecuencia por la cardiopatía isquémica que las mujeres.

Causas

Las personas que padecen una enfermedad coronaria sufren una alteración del flujo sanguíneo hacia el músculo cardíaco. La razón es un estrechamiento de los vasos coronarios como consecuencia de los depósitos de grasa o calcio en las paredes de los vasos (arteriosclerosis).

En la enfermedad coronaria, el músculo cardíaco recibe muy poca sangre y, por tanto, muy poco oxígeno y nutrientes. En consecuencia, se produce un desequilibrio entre la demanda y el suministro de oxígeno, que es especialmente evidente en caso de grandes esfuerzos. Si el diámetro de las arterias coronarias disminuye a la mitad, suelen aparecer también problemas circulatorios.

Los siguientes factores de riesgo aumentan el peligro de desarrollar una enfermedad coronaria:

  • Dieta poco saludable: los alimentos ricos en grasa y de alta densidad energética conducen a la obesidad y a niveles altos de colesterol.
  • Obesidad: como resultado de años de alimentación poco saludable.
  • Falta de ejercicio: el ejercicio regular conduce a la reducción de la presión arterial, a la mejora de los niveles de colesterol y al aumento de la sensibilidad a la insulina en las células musculares.
  • Sexo masculino: Antes de la menopausia, las mujeres tienen un menor riesgo de desarrollar una cardiopatía isquémica debido a la protección que proporcionan las hormonas sexuales femeninas.
  • Predisposición genética: Dado que se observa una mayor incidencia de enfermedades cardiovasculares en algunas familias, cabe suponer que los genes desempeñan un papel.
  • Tabaquismo: Las sustancias contenidas en el humo del tabaco (cigarrillos, puros, pipas) favorecen la formación de depósitos inestables (placas) en los vasos, lo que puede suponer un riesgo.
  • Aumento de la presión arterial (hipertensión): La hipertensión provoca directamente daños en las paredes internas de los vasos sanguíneos.
  • Niveles elevados de colesterol: Los niveles elevados de LDL y los niveles bajos de HDL favorecen la formación de placas.
  • Diabetes mellitus: Si la diabetes mellitus está mal controlada, se producen niveles elevados de azúcar en sangre, que a su vez dañan los vasos.
  • Edad: Se observa un aumento de la incidencia de la enfermedad en los hombres a partir de los 45 años y en las mujeres a partir de los 50 años.

Síntomas

Los síntomas de la cardiopatía isquémica dependen del grado de estrechamiento de las arterias coronarias y de su localización. Los estrechamientos mínimos suelen ser asintomáticos, pero los estrechamientos graves suelen provocar síntomas.

  • Dolor torácico: la enfermedad coronaria suele manifestarse con dolor torácico o sensación de opresión en el pecho (angina de pecho). Esto es especialmente cierto cuando hay una mayor necesidad de oxígeno, es decir, durante el estrés físico o mental. El dolor de la angina de pecho suele irradiarse al brazo izquierdo, pero en algunos casos también se extiende al cuello, la garganta, la espalda, la mandíbula o la parte superior del abdomen.
  • Ataque cardíaco agudo: Los síntomas de un ataque cardíaco agudo incluyen dificultad para respirar, sudoración, náuseas y miedo a la muerte.
  • Arritmias cardíacas: En muchas personas, las arritmias cardíacas son el primer signo de una cardiopatía.
  • Los diabéticos a menudo no tienen síntomas: Algunas personas, principalmente los diabéticos, a menudo no tienen síntomas. Si este es el caso, se denomina isquemia silenciosa (falta de flujo sanguíneo). Puede ser que los nervios del corazón estén tan dañados como consecuencia de la diabetes que ya no puedan transmitir señales de dolor (neuropatía diabética). Por lo tanto, el daño al músculo cardíaco pasa desapercibido.

Diagnóstico

Para diagnosticar una cardiopatía coronaria, el médico pregunta primero por la naturaleza de los síntomas. Son de especial interés el tipo, la duración y la gravedad de los síntomas y el momento en que se producen. La historia clínica (anamnesis) y la exploración física indican además la enfermedad, ya que hay muchas enfermedades que tienen como síntomas el dolor de pecho o la falta de aire.

Además, el médico puede utilizar una muestra de sangre para determinar otros posibles factores de riesgo de enfermedad coronaria, como niveles elevados de colesterol o de azúcar en sangre. Además, el médico le medirá la tensión arterial, le preguntará con qué frecuencia fuma, cómo es su dieta y con qué frecuencia hace ejercicio.

Estos exámenes técnicos también son útiles para hacer un diagnóstico:

  • El examen básico es el ECG en reposo. Si, tras la exploración, se sospecha que existe un defecto en las válvulas del corazón o una debilidad cardíaca, se realiza una ecografía del corazón (eco cardíaco).
  • Si tras la exploración se sospecha que hay un estrechamiento de las arterias coronarias, el médico organizará un ECG de ejercicio. En este tipo de examen, el corazón se somete a un esfuerzo artificial mediante medicación o la persona afectada intenta montar en bicicleta mientras está tumbada. Además de la ecocardiografía de esfuerzo, la gammagrafía miocárdica y la resonancia magnética (RM) especial del corazón son alternativas que también revelan el flujo sanguíneo al músculo cardíaco.
  • Si se considera que una prueba de esfuerzo es demasiado peligrosa para el paciente, por ejemplo porque el ECG en reposo ya ha mostrado cambios típicos, a menudo se realiza directamente un examen con catéter cardíaco. Este examen también se lleva a cabo si la prueba de esfuerzo ha mostrado indicios de cardiopatía isquémica.
  • Si existe la sospecha de un síndrome coronario agudo, por ejemplo un infarto, se realiza inmediatamente un ECG y unos análisis de sangre especiales (troponina cardíaca). El síndrome coronario agudo se refiere a varias fases de trastornos circulatorios agudos de los vasos coronarios, que pueden poner en peligro la vida.
  • Para descartar otras enfermedades, en algunos casos también se realiza una radiografía de tórax.
  • Otro método de examen es la angiografía coronaria, que hace visibles los vasos coronarios.

Terapia

Las enfermedades coronarias no se pueden curar. Por lo tanto, la terapia tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de los afectados y evitar la progresión de la enfermedad. Normalmente, los síntomas, como la angina de pecho, son fácilmente tratables y los síntomas secundarios, como el infarto, son por tanto evitables. Gracias a un tratamiento óptimo, los afectados suelen tener la misma calidad y esperanza de vida que las personas sanas.

A menudo también puede haber efectos secundarios psicológicos, como la depresión, que tienen un impacto negativo en la enfermedad. Por esta razón, la terapia también intenta tratar los síntomas psicológicos que la acompañan.

Medicación:

Los medicamentos van desde los que alivian los síntomas de la cardiopatía coronaria (como los ataques de angina) hasta los que previenen las complicaciones y aumentan la esperanza de vida.

  • Medicamentos que mejoran el pronóstico y previenen los infartos

Anticoagulantes:

Los inhibidores de la agregación plaquetaria (anticoagulantes) detienen el depósito de las plaquetas de la sangre y, por tanto, evitan los coágulos (trombos). El ácido acetilsalicílico (ASA) suele utilizarse como principio activo.

Los efectos secundarios más comunes son la hipersensibilidad al principio activo, un mayor riesgo de úlceras y hemorragias estomacales, y los ataques de asma pueden ser más frecuentes en los asmáticos. Si existe una intolerancia, puede utilizarse el principio activo clopidogrel.

Betabloqueantes:

Los betabloqueantes tienen el efecto de reducir la presión arterial. Ralentizan los latidos del corazón, reducen la demanda de oxígeno del corazón y, por tanto, provocan un alivio del mismo. Tras un infarto o en caso de cardiopatía con insuficiencia cardíaca, se ha demostrado que los betabloqueantes reducen el riesgo de muerte. Los betabloqueantes también pueden ser beneficiosos para los pacientes hipertensos.

Los principales efectos secundarios son: Dolor de cabeza, sequedad de boca, mareos, ritmo cardíaco lento, presión arterial baja, trastornos del sueño con pesadillas, arritmias cardíacas. Los ataques de asma pueden ser más frecuentes en los asmáticos.

Medicamentos para reducir el colesterol:

Las estatinas provocan una disminución de los niveles de colesterol y, por tanto, una progresión más lenta de la arteriosclerosis. Los pacientes que tienen niveles normales de lípidos en sangre también se benefician de su consumo.

Los principales efectos secundarios son estreñimiento, flatulencia, náuseas, dolor muscular, erupción cutánea combinada con picor. Es necesario tener especial precaución cuando las estatinas se toman junto con otros fármacos hipolipemiantes (por ejemplo, fibratos o derivados del ácido nicotínico). En este caso, pueden producirse efectos secundarios graves.

  • Medicamentos que combaten los síntomas de la cardiopatía isquémica

Nitratos:

Los nitratos hacen que los vasos sanguíneos del corazón se dilaten, con lo que mejora el suministro de oxígeno. Además, los vasos sanguíneos de todo el cuerpo se dilatan. Por esta razón, la sangre fluye de vuelta al corazón más lentamente. Como resultado, el corazón no tiene que bombear tanto y necesita menos oxígeno.

La eficacia de los nitratos es especialmente rápida, por lo que se prefieren como medicación de urgencia para los ataques agudos de angina de pecho.

Debe tenerse especial cuidado en que los nitratos no se utilicen nunca en combinación con medicamentos para la impotencia (inhibidores de la fosfodiesterasa-5). Si esto ocurre, puede provocar una caída de la presión arterial que ponga en peligro la vida.

Los efectos secundarios más conocidos son el dolor de cabeza, el enrojecimiento de la piel, las náuseas y los vómitos, el descenso severo de la presión arterial y la erupción cutánea con picor.

  • Otras opciones de tratamiento

Inhibidores de la ECA:

Los inhibidores de la ECA alivian el corazón al dilatar los vasos sanguíneos y reducir la presión arterial. Los pacientes que padecen insuficiencia cardíaca o hipertensión arterial tienen un mejor pronóstico si toman inhibidores de la ECA.

El efecto secundario más común es la tos irritable.

Bloqueadores de la angiotensina I:

Se utilizan principalmente cuando hay una intolerancia a los inhibidores de la ECA.

Los efectos secundarios que pueden aparecer son dolor de cabeza, fatiga, dolor abdominal, náuseas y diarrea, mareos, tos.

Bloqueadores de los canales de calcio:

Al igual que los inhibidores de la ECA, también provocan la dilatación de los vasos sanguíneos, reduciendo la presión arterial y aliviando así el corazón.

Si el paciente no tolera los betabloqueantes, deben administrarse bloqueantes de los canales de calcio como segunda opción. Los efectos secundarios incluyen dolor de cabeza, caída severa de la presión arterial, retención de agua en la zona de los tobillos (edema), arritmia cardíaca, erupción cutánea con picor.

Catéteres y operaciones:

Si la medicación no tiene el efecto deseado y los síntomas persisten, también se puede considerar una dilatación de los vasos coronarios (ACTP) o una operación de bypass. Para evitar que la zona dilatada vuelva a estrecharse, se inserta un stent.

Estos métodos también deben utilizarse si hay varios vasos coronarios afectados o si el estrechamiento está localizado en el inicio de un vaso grande. El método que se utilice depende de cada persona. Sin embargo, los principales factores son los hallazgos, las enfermedades concomitantes y la edad.

El estilo de vida también desempeña un papel importante en el éxito de la terapia. Los factores que contrarrestan el empeoramiento de la cardiopatía isquémica son

  • Dejar de fumar
  • Si tiene mucho sobrepeso, debería intentar perder peso. Incluso unos pocos kilos tienen un efecto positivo.
  • Una dieta saludable es esencial. Debe incluir mucha fruta y verdura fresca, mucho pescado, poca carne y aceite de oliva como principal fuente de grasa (dieta mediterránea).
  • Es aconsejable hacer ejercicio con regularidad. Lo ideal es realizar al menos 15 minutos de ejercicio moderado de tres a siete veces por semana. No importa si se elige correr, nadar o montar en bicicleta. Si no hay tiempo, un paseo rápido también puede ser un sustituto.
  • La medicación prescrita debe tomarse con regularidad, incluso si uno se siente bien de salud.
  • Debe administrarse una vacuna anual contra la gripe. La vacuna antineumocócica debe administrarse cada cinco años.

Los pacientes que padecen una cardiopatía isquémica deben someterse a revisiones periódicas con el médico (trimestrales o semestrales).

Si se diagnostica que los niveles de colesterol en sangre son demasiado elevados, estos valores también deben controlarse regularmente.

Previsión

El pronóstico de la cardiopatía isquémica depende del número de constricciones de los vasos coronarios y de su localización. También depende del estadio de la enfermedad y de su grado de avance.

Los siguientes factores son importantes:

  • Enfermedades concomitantes como hipertensión arterial, diabetes, enfermedad hepática crónica, trastornos circulatorios arteriales en otros órganos (cerebro, riñón, piernas), enfermedad pulmonar obstructiva crónica, enfermedades inflamatorias crónicas, debilidad del músculo cardíaco y tumores malignos.
  • Extensión de los síntomas en presencia de angina de pecho
  • Ataque cardíaco o ataques previos de angina de pecho grave
  • Edad y sexo
  • Estado de ánimo y mentalidad: La situación de soledad, el estado de ánimo depresivo y el alejamiento de la vida normal tienen un efecto negativo.

Por lo general, los síntomas pueden mejorarse con medicamentos y, si es necesario, eliminando la constricción. Si se trata bien la cardiopatía isquémica, la mayoría de las personas que la padecen pueden llevar una vida libre de síntomas similar a la de las personas sanas.

La mejora a largo plazo también depende de los cambios en el estilo de vida. Esto incluye dejar la nicotina, hacer mucho ejercicio, evitar el sobrepeso y llevar una dieta equilibrada. Además, hay que tener en cuenta la toma de medicamentos prescrita y los exámenes de control a los intervalos prescritos.

Si la enfermedad sólo se diagnostica en una fase tardía o si no se trata suficientemente, a veces puede desarrollarse una insuficiencia cardíaca, lo que conlleva un empeoramiento del pronóstico.

Prevención

Los mejores métodos para prevenir la cardiopatía isquémica ya se han mencionado varias veces en el texto. Es esencial llevar un estilo de vida saludable para el corazón, lo que incluye dejar de fumar, mantener un peso saludable, hacer ejercicio y someterse a pruebas de detección.

Danilo Glisic

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