Dado que los síntomas de la estenosis espinal suelen ser inespecíficos, los procedimientos de imagen pueden ayudar al médico a reconocer el alcance del estrechamiento. Las radiografías pueden detectar causas como cambios óseos, adherencias del cuerpo vertebral, artrosis de la articulación vertebral y discos deprimidos. Sin embargo, la estenosis espinal en sí misma no puede detectarse en una radiografía, por lo que debe utilizarse una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética (RM), que pueden detectar el estrechamiento del canal espinal. La resonancia magnética tiene la ventaja, frente a la tomografía computarizada, de que también se pueden ver las estructuras de los tejidos blandos, como los discos intervertebrales o las raíces nerviosas. Por esta razón, este método de examen se considera la opción preferida.
Otro método de diagnóstico es la mielografía, en la que se administra un medio de contraste en el saco dural que cubre la médula espinal y el comienzo de un nervio, y luego se toma una radiografía. Para realizar este examen, el paciente debe estirarse y doblarse para que el médico pueda ver dónde se estrecha la médula espinal o el nervio.
El método de examen más fiable es el TAC (mielo-TC), que es más informativo debido al medio de contraste. Si el paciente tiene un marcapasos, por ejemplo, no se puede realizar una resonancia magnética, por lo que hay que recurrir a la mielografía y a la mielo-TC. También es útil realizar un examen de giro del núcleo mieloide.
Sobre la base de un examen neurológico, se puede detectar el posible alcance del daño nervioso. Las pruebas de laboratorio (análisis de sangre, pruebas de líquido cefalorraquídeo) muestran si otras enfermedades son la causa de los síntomas.