Hepatitis aguda:
Los síntomas de la hepatitis aguda varían. A veces también puede ocurrir que no se produzcan síntomas de la enfermedad a pesar de que la infección esté comprobada. En los niños, el curso de la hepatitis suele ser más leve.
Fase inicial:
La fase inicial se caracteriza por la fatiga, la sensación general de enfermedad, la fiebre, las náuseas, los cambios en el gusto, la aversión a ciertos alimentos y el dolor por debajo de la caja torácica derecha. Esto se debe a que el hígado se agranda ligeramente. También pueden aparecer dolores musculares, articulares, de cabeza y erupciones cutáneas.
Etapa de ictericia:
Al principio de esta fase de la enfermedad, se produce un amarillamiento de las escleróticas (el blanco de los ojos), y más tarde la piel y las mucosas también se vuelven amarillas. La orina adquiere un llamativo color oscuro, mientras que las heces se vuelven cada vez más descoloridas. Además, durante la ictericia aumenta el picor. Los demás síntomas disminuyen al mismo tiempo.
Fase de recuperación (fase de convalecencia):
Durante la fase de recuperación de la hepatitis, el paciente sufre fatiga y agotamiento. Esto puede durar desde varias semanas hasta meses.
Hepatitis crónica:
Los síntomas de la hepatitis crónica son similares a los de la hepatitis aguda. A veces, los pacientes pueden no mostrar ningún síntoma en este caso. Los síntomas pueden incluir:
- Cansancio, mayor necesidad de dormir, dolores articulares y musculares.
- Ligera presión debajo de la caja torácica derecha, debido al agrandamiento del hígado.
- La ictericia puede ser un síntoma tardío. Si se produce esta característica, la enfermedad ya está muy avanzada.