Herpes labial

Básico

El herpes labial, también conocido como herpes labial o ampollas de fiebre, es una enfermedad vírica muy extendida causada por el virus del herpes simple tipo 1 (VHS tipo 1). El virus se manifiesta en forma de pequeñas ampollas exudativas en los labios, que a menudo pueden ser sensibles, dolorosas o provocar picores.

Normalmente, el herpes labial desaparece por sí solo después de un tiempo. Sin embargo, sigue existiendo el riesgo de un nuevo brote.

Existen dos tipos de virus del herpes simple (VHS):

  • El VHS tipo 1 es el más común. Por regla general, este tipo de virus sólo aparece en la boca y los labios (herpes labial).
  • El VHS tipo 2 se limita principalmente a los genitales (herpes genital).

Ambos tipos de virus pueden extenderse a la piel, las mucosas, el sistema nervioso y los órganos internos (raramente). La infección está muy extendida, pero sólo en los casos más raros tiene un curso grave de la enfermedad.

Entre los adultos, más del 95% son portadores del virus de tipo 1; el VHS de tipo 2 es portado por el 10 al 30%. Sin embargo, estas cifras no nos dicen cuántas personas tienen realmente un brote de herpes labial. También puede ocurrir que el virus sea completamente asintomático. La mayoría de las personas se infectan con el VHS 1 durante la infancia; con el VHS 2, la infección suele producirse después de la pubertad.

Causas

El agente causante del herpes labial es el virus del herpes simple tipo 1 (VHS tipo 1). El virus se transmite de persona a persona de varias maneras:

  • Infección por gotas, como al toser, estornudar y hablar.
  • Contacto directo, por ejemplo al besar
  • Infección por frotis, por ejemplo, al compartir un vaso de bebida.

El primer contacto con el VHS tipo 1 suele producirse en la infancia, entre los tres y los cinco años. El periodo de incubación es de dos a doce días. En general, sólo el uno por ciento de los casos puede mostrar los síntomas típicos de la enfermedad. El resto de las infecciones tienen un curso asintomático o discreto.

Si se produce un herpes labial, las células atacan la capa superior de la piel, donde se desarrollan ampollas exudativas. Desde la epidermis, los virus viajan por las vías nerviosas hasta las raíces nerviosas (ganglios). En este punto, el virus permanece en un estado inactivo y espera a que el sistema inmunitario se debilite. Cuando se produce este estado, el virus vuelve a brotar viajando por las vías nerviosas hasta la superficie de la piel, donde vuelve a formar ampollas (reactivación).

Los siguientes factores pueden desencadenar una reactivación del herpes labial:

  • Enfermedades infecciosas que se acompañan de fiebre (herpes febril).
  • Radiación UV (herpes solar)
  • Factores hormonales (por ejemplo, el embarazo) y psicológicos (por ejemplo, el estrés)
  • Inmunodeficiencia (por ejemplo, debido a ciertos medicamentos o a una infección por VIH)
  • Lesiones Alrededor del 75% de las personas sufren la aparición recurrente del herpes labial.

Síntomas

Si el primer contacto con el herpes labial se produce en la infancia, la infección suele cursar sin síntomas. Sin embargo, el herpes labial también puede presentarse en forma de aftas orales (gingivoestomatitis herpética). Las características aquí son:

  • Erupción bucal con ampollas muy dolorosas
  • Fiebre
  • Inflamación de los ganglios linfáticos
  • Sensación general de enfermedad

Si estos síntomas desaparecen, el virus puede reaparecer más adelante y causar un herpes labial. Los primeros síntomas son el picor y la sensación de tirantez en la zona de la piel afectada. En raras ocasiones, también puede producirse dolor. A continuación aparecen pequeñas ampollas exudativas, principalmente en los labios y alrededor de la boca. Sin embargo, también pueden aparecer en el resto de la piel del rostro, preferentemente en las mejillas, las fosas nasales y los lóbulos de las orejas. Tampoco se pueden descartar las infecciones virales de los ojos.

Por regla general, las ampollas desaparecen al cabo de ocho o diez días, dejando una costra.

Diagnóstico

El médico puede diagnosticar fácilmente el herpes labial basándose en el historial médico del paciente y en el aspecto típico de las ampollas.

Si todavía hay dudas, una prueba de frotis puede proporcionar certeza al detectar el antígeno.

Para determinar los anticuerpos correspondientes, el médico toma una muestra de sangre. Sin embargo, esto sólo tiene sentido en el caso de una primera infección por virus del herpes, ya que el 95% de los adultos ya han desarrollado anticuerpos contra el virus.

Terapia

El tratamiento médico del herpes labial sólo es necesario si los síntomas son muy graves. Sólo se pueden tratar los síntomas, pero no la causa.

La terapia local se lleva a cabo en forma de aditivos desinfectantes con los que se cepillan las ampollas. Los ungüentos antivirales, que impiden que los virus se multipliquen, tienen el mismo propósito. Sin embargo, estas pomadas sólo son eficaces si se aplican en los dos o tres días siguientes a la aparición de los primeros síntomas.

Si el curso del herpes labial es grave o hay complicaciones, puede ser necesario administrar comprimidos antivirales (virustáticos) o inyecciones. Si la persona afectada tiene fiebre u otros síntomas acompañantes, debe consultar a un médico. Además del tratamiento del herpes labial, hay que descartar posibles enfermedades concomitantes.

Previsión

Normalmente, el herpes labial no provoca más complicaciones. Las ampollas desaparecen en pocos días sin dejar cicatrices.

El curso de la enfermedad es diferente en personas con un sistema inmunitario debilitado (por ejemplo, después de la quimioterapia o en pacientes con VIH). Si el tratamiento se administra en una fase temprana, hay más posibilidades de que el proceso de curación sea positivo.

El herpes labial puede causar las siguientes complicaciones:

  • Herpes labial en su forma más grave con infestación de órganos (por ejemplo, neumonía).
  • Los ojos también pueden verse afectados por el virus. La infección de la córnea (herpes corneal) puede provocar una alteración de la visión.
  • Alteración de los nervios faciales, que puede provocar una parálisis (generalmente temporal) (paresia facial).
  • Meningitis, así como inflamación del cerebro (encefalitis), que puede tener un curso potencialmente mortal.
  • Los niños pueden sufrir un brote muy grave de herpes si la piel ya está afectada por un eczema (como la neurodermatitis).
  • Infecciones de las heridas causadas por bacterias (sobreinfección bacteriana): En este caso, hay que utilizar medicamentos contra el virus y las bacterias (por ejemplo, antibióticos).
  • Inflamaciones de la piel y de las mucosas que no cicatrizan bien y que pueden provocar la muerte de los tejidos, así como conjuntivitis oculares graves y otros cuadros graves en pacientes con VIH.

Prevención

Un sistema inmunitario intacto es crucial para prevenir el herpes labial. Esto puede reforzarse con un estilo de vida saludable, una dieta equilibrada, ejercicio y suficientes horas de sueño.

Estas medidas contribuyen a prevenir el herpes labial o su (re)aparición:

  • Cuando se exponga a la luz solar fuerte (como el sol de los glaciares), debe aplicarse en los labios y alrededor de la boca cremas con un alto factor de protección solar. Las llamadas pastas bloqueadoras del sol tienen un efecto especialmente elevado.
  • El riesgo de infección debe mantenerse lo más bajo posible no tocando las ampollas con las manos. Esto también evitará la transmisión a otras partes del cuerpo.
  • Se recomienda lavarse las manos con regularidad. Esto es especialmente cierto si ha entrado en contacto con las ampollas.
  • En la medida de lo posible, debe evitarse el contacto con los bebés, ya que la infección por los virus puede provocar encefalitis.

Si el riesgo de infección es especialmente alto para algunas personas que aún no han entrado en contacto con el virus, existe la posibilidad de una vacunación indicativa. Esto es especialmente aconsejable para las mujeres en edad fértil, los pacientes con tumores y el personal médico.

Danilo Glisic

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