Los patógenos
Como su nombre indica, la infección vaginal por hongos está causada por hongos. El patógeno más común es un hongo de levadura, concretamente Candida albicans. Este hongo es un representante del grupo de las cándidas, que se reconocen al microscopio por sus grandes células blancas y redondas. Es típico de los hongos de levadura que puedan multiplicarse muy bien a 37 grados Celsius. Así, la temperatura corporal ofrece a la Candida albicans las mejores condiciones para desarrollarse en la mucosa de la vagina. Si se diagnostica una infección por Candida albicans tomando un frotis y examinándolo al microscopio, se pueden ver hilos (hifas) típicos de los hongos de levadura. Sin embargo, algunas mujeres también pueden ser portadoras de células aisladas de Candida sin desarrollar síntomas.
Normalmente, la vagina está colonizada por hongos mucho tiempo antes de la infección, pero la enfermedad no se produce porque los hongos son suprimidos por el entorno ácido de la vagina. La colonización fúngica de la vagina puede producirse mucho antes de que aparezcan los primeros síntomas, por ejemplo en el momento del parto. Sin embargo, la enfermedad sólo estalla cuando la relación entre las bacterias y los hongos se desequilibra y el hongo puede propagarse fácilmente.
Las relaciones sexuales también pueden ser el desencadenante de la micosis vaginal; en particular, el coito anal puede favorecer una infección de micosis vaginal. Esto puede explicarse por el hecho de que la mucosa del tracto gastrointestinal, incluido el recto, está colonizada por Candida albicans y ésta puede transferirse a la vagina durante el coito anal.
Compartir artículos de higiene, toallas y ropa de cama también puede contribuir a la aparición de una infección vaginal por hongos. Las infecciones por hongos también pueden transmitirse en las piscinas públicas. Sin embargo, el hongo no puede sobrevivir en el agua clorada, por lo que no hay riesgo de transmisión en las piscinas cloradas.
Factores favorables
Un entorno vaginal alterado puede favorecer el desarrollo de una infección vaginal por hongos. Por ejemplo, si el equilibrio entre las bacterias y los hongos se modifica a favor de los hongos mediante una terapia antibacteriana, esto puede favorecer una infección fúngica. Además del entorno vaginal ácido, el sistema inmunitario también desempeña un papel importante en la protección contra la micosis vaginal. Los fármacos inmunosupresores o los utilizados en la terapia del cáncer también pueden favorecer una infección. Además, otras enfermedades existentes, como la diabetes o los cambios en el equilibrio hormonal, pueden contribuir a la propagación del hongo. Además, el riesgo de contraer micosis vaginal también aumenta durante el embarazo, lo que se explica por los cambios en los niveles de azúcar y hormonas. Las generaciones anteriores de preparados de píldoras también pueden ser molestas para el entorno vaginal debido a un mayor nivel de hormonas sexuales. En estos casos, es aconsejable cambiar a los nuevos preparados con un menor contenido hormonal.
Aunque se recomienda un cierto grado de higiene para evitar las infecciones vaginales por hongos, el lavado excesivo de la zona genital puede favorecer la proliferación de hongos porque puede alterar el entorno vaginal. Por lo tanto, no se recomienda el uso de geles y lociones de lavado especiales. Los hongos necesitan humedad y calor para desarrollarse. Por lo tanto, hay que abstenerse de llevar ropa demasiado ajustada y sintética. A menudo, el brote de una infección vaginal por hongos también se debe al estrés o a situaciones de tensión.