Inflamación de la raíz del diente

Básico

Las inflamaciones de las raíces de los dientes son provocadas por la caries, que primero penetra en el esmalte del diente desde fuera hacia dentro y luego pasa al hueso del diente, irritando así los nervios de la cavidad radicular. En las primeras etapas, el dolor sólo reacciona a los estímulos dulces, ácidos, fríos o calientes, pero más tarde el dolor es permanente.

Como resultado, se desarrolla una inflamación de la raíz del diente, que a veces también provoca una supuración de la raíz del diente. A medida que la enfermedad avanza, el dolor aumenta. La barbilla y la mejilla se hinchan. A veces el dolor puede ser perceptible hasta la zona de las orejas y los ojos.

Causas

La causa de la inflamación de la raíz del diente puede encontrarse en la caries. El tratamiento precoz de la caries puede evitar que las bacterias de la caries ataquen el diente y se extiendan a la cavidad radicular. De lo contrario, los nervios allí presentes se irritarán por la inflamación, lo que en el peor de los casos puede provocar la muerte del nervio del diente. Si las bacterias llegan a la punta de la raíz, pueden extenderse a la mandíbula circundante y disolverla.

En raras ocasiones, una infección de la raíz del diente también puede ser el resultado de una lesión que se produjo hace años. Por ejemplo, un golpe en la mandíbula o una caída que rompa la estructura dental y exponga el nervio del diente.

Síntomas

La caries por sí sola, que se considera el desencadenante de la inflamación de la raíz del diente, no suele causar dolor al principio. Los síntomas sólo aparecen cuando la inflamación se acerca a la zona de la raíz.

Si ya existe una infestación bacteriana y una inflamación (pulpitis) en la cavidad radicular (pulpa), se produce un dolor fuerte y punzante continuo. Si el dolor cede repentinamente, no cabe esperar la curación, sino un daño permanente en el nervio del diente. Como resultado, el nervio muere y se desarrolla una inflamación crónica de la raíz del diente, que se extiende cada vez más al hueso de la mandíbula y a los tejidos blandos circundantes con el paso del tiempo. Como resultado, se produce una hinchazón de la barbilla y la mejilla ("mejilla gorda"). El dolor también puede sentirse en zonas de la cabeza.

Diagnóstico

El diagnóstico de la caries dental puede reconocerse fácilmente por la naturaleza de los síntomas.

Una prueba de frío, que comprueba la vitalidad del diente, puede ayudar a hacer un diagnóstico definitivo. Un diente vivo con una inflamación reacciona sensiblemente a la temperatura fría, mientras que un diente muerto no muestra ninguna reacción. Una radiografía puede servir para detectar la inflamación del diente y de la mandíbula, que presentan sombras del tamaño de una lenteja a un guisante en la punta de la raíz.

Terapia

El objetivo de la terapia es preservar el diente afectado, lo que se consigue mediante un tratamiento de conductos. Esto permite evitar el método de extracción de dientes que se utilizaba con frecuencia en el pasado.

Para conseguir una cura permanente, no deben quedar bacterias ni tejido muerto en el conducto radicular. Para ello, se utilizan instrumentos especiales (limas) para eliminar el tejido inflamado, la pulpa muerta y las bacterias de los conductos radiculares. A continuación, los conductos radiculares se enjuagan con soluciones desinfectantes.

A continuación, las cavidades recién creadas se sellan con un material de relleno, principalmente con gutapercha y cemento de sellado. La gutapercha se parece al caucho y también se fabrica a partir de la savia láctea espesada de los árboles tropicales. Una vez finalizada la obturación del conducto radicular, se coloca una incrustación o una corona en el diente. Si el tratamiento de conductos no funciona y la raíz del diente se vuelve a inflamar, hay que realizar una apicectomía si es necesario, que suele ser la última opción para salvar el diente.

Previsión

El pronóstico depende del estadio de la infección radicular y de su grado de avance. A menudo, el tratamiento de conductos puede salvar el diente.

Para evitar una recaída después del tratamiento, la higiene dental diaria es muy importante para evitar que la caries se extienda de nuevo. Las visitas al dentista deben realizarse dos veces al año y una limpieza dental profesional (PZR) al menos una vez al año. El chequeo sirve para detectar posibles enfermedades de las encías y los dientes en una fase temprana. Durante el PZR, se elimina el sarro, la placa y la decoloración y se limpian las zonas de difícil acceso.

Prevención

Para evitar la inflamación de las raíces de los dientes, lo más importante es la prevención. Un cepillado constante con pastas dentales que contengan flúor puede prevenir la aparición de caries. Los espacios entre los dientes no deben olvidarse durante la limpieza diaria, que se realiza mejor con hilo dental o cepillos interdentales. La limpieza dental profesional evita que la placa dañina se adhiera a los dientes.

Otra medida preventiva es la visita al dentista, que debe realizarse dos veces al año. El dentista puede detectar caries y enfermedades radiculares en una fase temprana. Con la ayuda de la terapia, es posible entonces evitar que la inflamación se extienda. Incluso las quejas ocasionales requieren un examen inmediato.

Danilo Glisic

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