Pie de atleta (tinea pedis)

Básico

El pie de atleta (técnicamente llamado tinea pedis) es una infección por hongos de la piel (dematofitos) en el pie. En más del 90% de los casos, el pie de atleta está causado por el patógeno Trichophyton rubrum. Es una de las enfermedades infecciosas más comunes en Europa Central; por ejemplo, en Alemania se estima que alrededor del 10% de la población (preferentemente hombres) está infectada.

Causas

El hongo suele transmitirse indirectamente de persona a persona. El mecanismo de transmisión consiste en que la persona descalza pierde escamas de piel con hongos a cada paso, que pueden adherirse a la siguiente persona descalza y, posteriormente, desencadenar también allí el pie de atleta. La piel de las plantas de los pies, y especialmente entre los dedos, ofrece unas condiciones cálidas y húmedas ideales para el crecimiento de los hongos. Aquí es donde se desarrollan los síntomas típicos del pie de atleta.

Debido a la transmisión a través de las escamas de la piel, el riesgo de infección aumenta considerablemente, especialmente en los lugares donde muchas personas caminan descalzas. Por ejemplo, piscinas, gimnasios, campos deportivos, habitaciones de hotel, saunas, duchas o campamentos.

Las pequeñas lesiones en la zona de los pies, como cortes, grietas o abrasiones, facilitan la penetración del hongo en el cuerpo. Los siguientes grupos de personas se ven afectados con especial frecuencia por el pie de atleta:

  • Deportistas (debido a la elevada humedad de los pies en las zapatillas durante la práctica deportiva).
  • Personas que usan zapatos ajustados por razones laborales (trabajadores de la construcción, soldados, trabajadores de las alcantarillas)
  • Diabéticos
  • Personas en cuyo entorno suele aparecer el pie de atleta
  • Personas que sufren trastornos circulatorios en las piernas
  • Personas con sistemas inmunitarios débiles

Síntomas

El pie de atleta suele manifestarse con una sensación de picor o ardor en los pies. Además, a menudo se observa un aumento de la descamación de la piel de las plantas de los pies, un ligero enrojecimiento o pequeñas ampollas.

Especialmente en los casos de infestación por hongos entre los dedos de los pies (micosis interdigital), la piel allí aparece húmeda y ligeramente reblandecida (maceración). Además, la maceración facilita la penetración de patógenos bacterianos en la piel y, por tanto, el desencadenamiento de inflamaciones graves, como la erisipela.

En el curso posterior, el pie de atleta también puede extenderse a la zona de la ingle y las axilas; en general, las zonas del cuerpo con mayor humedad de la piel están especialmente expuestas.

Diagnóstico

El primer indicio de una posible infección por hongos proviene de los síntomas típicos, como una sensación de picor en el pie y un aspecto característico con zonas de la piel enrojecidas y escamosas.

Para un diagnóstico fiable, se toma una pequeña muestra de piel superficial del borde del foco de infección con un bisturí y se examina con un microscopio. También se puede preparar un cultivo de hongos en el laboratorio con la muestra de piel, lo que permite determinar el tipo exacto de hongo.

Para que la terapia tenga éxito, es importante diferenciar el pie de atleta, desde el punto de vista del diagnóstico, de otras enfermedades cutáneas escamosas, como el eczema.

Terapia

La terapia suele consistir en la aplicación de un antimicótico (agente fungicida) en forma de cremas o aerosoles en las zonas de la piel afectadas. En casos muy graves, también puede ser necesario tomar antimicóticos por vía oral. Además de la medicación, hay que tener mucho cuidado de mantener el pie y especialmente los espacios entre los dedos secos.

La ropa contaminada con hongos debe lavarse a 60ºC como mínimo en la lavadora o con desinfectante para evitar una nueva infección.

Previsión

El pie de atleta puede tratarse muy bien con medicamentos, pero sin terapia suele extenderse más y rara vez se cura por sí solo.

Después de un tratamiento exitoso, se debe tener especial cuidado para prevenir una nueva infección.

Prevención

Una infección por hongos en los pies puede prevenirse eficazmente si se observan las siguientes medidas:

  • Asegúrese de que los pies y los espacios entre los dedos estén secos: los pies deben secarse antes de ponerse los calcetines y los zapatos.
  • El calzado debe desinfectarse con regularidad (especialmente cuando ya se ha producido una infestación por hongos).
  • Llevar zapatillas de baño o chanclas en baños públicos, saunas, vestuarios, habitaciones de hotel, duchas y campings.
  • Utilice calzado transpirable, preferiblemente de cuero con suela de cuero.
Danilo Glisic

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