Los síntomas y también el diagnóstico dependen del tipo y la localización del quiste.
Los encapsulamientos que están cerca de la superficie de la piel, como en el pecho, suelen verse o palparse debido a la hinchazón. Sin embargo, si los órganos internos, como el riñón o el hígado, están afectados, el diagnóstico suele ser incidental, por ejemplo, durante una ecografía rutinaria.
Si se detecta o se sospecha la existencia de un quiste, suelen ser necesarios otros procedimientos para averiguar el tamaño exacto y la causa. Para ello, se dispone de los siguientes elementos:
- TAC: tomografía computarizada
- MRT - resonancia magnética
- Rayos X
- Análisis de sangre
- Punción (extracción de tejido para su examen)
Los quistes suelen ser benignos. Sin embargo, aún pueden causar síntomas, especialmente si crecen y empiezan a desplazar órganos y tejidos.
Más raramente, estos quistes son causados por tumores malignos o son agresivos, como en el caso de la tenia del zorro (equinococosis).
La terapia depende del tipo y la localización del quiste.
Quistes comunes
- Quiste renal
- Quiste hepático
- Quiste ovárico (quiste de ovario)
- Hernia de agua del testículo (hidrocele)
- Quiste de rodilla (quiste de Baker)
- Quiste tiroideo
- Quiste glandular en el párpado
- Quistes sebáceos de la piel
- Quistes mamarios
- Quistes óseos
- Quistes en la raíz del diente
Quistes renales y riñones quísticos
Los quistes renales no deben confundirse en ningún caso con los riñones quísticos, la poliquistosis renal.
A pesar de sus nombres similares, son dos enfermedades fundamentalmente diferentes.
Quistes renales
Los quistes renales pueden aparecer en ambos riñones, de forma individual o en grupo. Normalmente, no causan ningún síntoma y se descubren por casualidad durante un examen rutinario. Sólo cuando tienen un diámetro muy grande provocan a veces dolor de espalda o abdominal.
No se pueden descartar las complicaciones. El quiste o quistes pueden inflamarse y reventar y sangrar. Más raramente, se producen cambios malignos.
El síndrome de Hippel-Lindau es una enfermedad hereditaria en la que estos quistes aparecen junto con tumores, por ejemplo, en los vasos sanguíneos (hemangioblastoma), el cerebelo (meduloblastoma) o la retina (retinoblastoma).
La mayoría de las personas mayores de 60 años se ven afectadas; los quistes renales sólo se producen muy raramente en personas menores de 30 años.
La terapia depende de los síntomas causados por un quiste. Los quistes pequeños que no causan ningún síntoma no necesitan ser tratados. Las más grandes que causan dolor o complicaciones pueden ser puncionadas y aspiradas o extirpadas quirúrgicamente o esclerosadas.
Riñones quísticos
La poliquistosis renal autosómica dominante es una enfermedad hereditaria común que afecta a 1 de cada 1000 personas.
Debido a un cambio en el material genético (gen PKD1 o PKD2), se desarrollan constantemente nuevos quistes a lo largo de la vida. A los 50 años, la mayoría de los afectados sufren insuficiencia renal. Sin embargo, la formación de quistes no se limita a los riñones. También puede afectar al páncreas, el hígado, los pulmones, el bazo, los ovarios, el útero, los testículos o la glándula tiroides. Algunos pacientes también desarrollan aneurismas aórticos (abultamiento de la aorta) o diverticulosis (abultamiento de la pared intestinal). Hasta la fecha, no hay cura para esta enfermedad.