Tifoidea

Básico

La fiebre tifoidea se considera una de las enfermedades diarreicas más graves causadas por ciertas bacterias (salmonela). La enfermedad está extendida por todo el mundo, pero se da con más frecuencia en países con malas condiciones higiénicas. Las enfermedades tifoideas que aparecen en Alemania suelen ser traídas por viajeros que regresan de países tropicales. Como profilaxis, se puede administrar una vacuna oral para lograr la protección de los viajeros.

Existen dos tipos de fiebre tifoidea: la llamada fiebre tifoidea abdominal (typhus abdominalis) y la enfermedad parecida al tifus (fiebre paratifoidea).

El número de nuevos casos de fiebre tifoidea al año se estima en 22 millones de personas, de las cuales mueren unas 200.000. La mayoría de las muertes se producen en el grupo de niños de cinco a doce años.

En Alemania, el número de casos de fiebre tifoidea se ha reducido considerablemente, lo que puede atribuirse a la mejora de las condiciones de higiene. Según el Instituto Robert Koch, en 2008 se produjeron 69 nuevos casos, todos los cuales se recuperaron completamente. La fiebre paratifoidea afectó a 86 personas, y más del 80% de los infectados contrajeron la enfermedad en otros países.

Causas

El desencadenante de la fiebre tifoidea es la salmonela. Se distingue entre el tifus abdominal, causado por Salmonella enterica typhi, y la fiebre paratifoidea, causada por Salmonella enterica paratyphi.

La transmisión se produce en gran medida a través de la ingestión de agua y alimentos contaminados por las heces (heces, orina). En raras ocasiones, la infección también puede transmitirse de persona a persona.

El tiempo que transcurre entre la infección y la aparición de los primeros síntomas suele ser de tres a 60 días en el caso de la fiebre tifoidea abdominal (sobre todo de ocho a 14 días) y de uno a diez días en el caso de la paratifoidea.

Síntomas

Los síntomas del tifus abdominal y de la paratifoidea se manifiestan de forma diferente:

Fiebre tifoidea abdominal (tifus abdominalis)

  • Fiebre de 39°C a 41°C, que a veces puede durar hasta tres semanas.
  • Dolor de cabeza, dolor en las extremidades
  • Somnolencia
  • Dolor abdominal
  • Manchas de color rojo en el abdomen, el pecho y la espalda del tamaño de una cabeza de alfiler que no pican.
  • Posiblemente estreñimiento al principio y diarrea parecida a la de los guisantes más adelante

Enfermedad similar a la fiebre tifoidea (paratifoidea)

La paratifoidea es muy similar a la tifoidea abdominal. Sin embargo, los síntomas suelen ser más leves.

  • Náuseas y vómitos combinados con diarrea acuosa
  • Dolor abdominal y dolor de cabeza
  • Fiebre de unos 39°C, a menudo combinada con escalofríos
  • Manchas rojizas en el pecho y el abdomen
  • Duración de la enfermedad: entre cuatro y diez días

Diagnóstico

La fiebre tifoidea y paratifoidea pueden confundirse fácilmente con una infección gripal. El paludismo en los viajeros a regiones tropicales debe descartarse a toda costa. No obstante, no debe descartarse el diagnóstico de fiebre tifoidea como posible enfermedad tras un viaje de este tipo.

El método de diagnóstico suele ser un análisis de sangre, que se considera muy fiable. El recuento sanguíneo proporciona información sobre los cambios, como la reducción del número de glóbulos blancos. Los patógenos también pueden detectarse en la orina y las heces.

Si se examina la médula ósea, pueden detectarse restos de fiebre tifoidea y paratifoidea incluso después de que la enfermedad haya remitido.

Terapia

Dado que la fiebre tifoidea y la paratifoidea son enfermedades muy graves, la persona afectada debe ser tratada inmediatamente con antibióticos, que suelen tomarse en forma de pastillas. Sin embargo, si la enfermedad es especialmente grave, también puede administrarse en el hospital en forma de infusión. La terapia suele durar quince días. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la fiebre disminuye significativamente después de cuatro o cinco días. Debe prestarse especial atención a la administración de suficientes líquidos y electrolitos, ya que, de lo contrario, existe el riesgo de pérdida aguda de agua. También debe observarse una higiene estricta durante la duración de la enfermedad para evitar infectar a las personas de contacto.

A veces puede ocurrir que los pacientes sigan excretando pequeñas cantidades de bacterias con las heces después de haber superado la enfermedad (excretores persistentes). En este caso, es necesario un tratamiento con antibióticos durante varias semanas. En caso de que el paciente tenga cálculos biliares, las bacterias pueden instalarse en la vesícula, por lo que es aconsejable considerar la extirpación de la vesícula.

Previsión

Si la terapia con antibióticos se inicia en una fase temprana, las posibilidades de curación son muy buenas. Es importante la ingesta suficiente de líquidos. Si se cumplen estas condiciones, la tasa de mortalidad es inferior al 1%.

Sin embargo, si la enfermedad no se trata, la tasa de mortalidad es del 15 al 20%.

Prevención

La fiebre tifoidea abdominal puede prevenirse bien con una vacuna, que es aconsejable para las personas que permanecen en zonas de riesgo con malas condiciones higiénicas. Una inyección proporciona protección durante unos tres años, mientras que la administración oral sólo proporciona protección durante un año. No existe la correspondiente vacuna contra la fiebre paratifoidea.

Ambas enfermedades pueden prevenirse con medidas higiénicas, evitando los alimentos crudos o sin pelar y no utilizando el agua de pozos y cañerías.

Danilo Glisic

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