La terapia más exitosa es una combinación de medicación, entrenamiento del suelo pélvico para promover la continencia y psicoterapia.
Medicación: Se utilizan medicamentos que relajan los músculos de la vejiga, como los anticolinérgicos o los espasmolíticos. Estos últimos tienen la ventaja de que, a diferencia de los anticolinérgicos, no afectan al sistema nervioso. Ambas clases de sustancias tienen en común que reducen la excitabilidad de los músculos de la vejiga.
Psicoterapia: Los síntomas de la vejiga irritable se producen principalmente en momentos de tensión o durante el estrés. La psicoterapia puede ayudar a las personas a afrontar mejor esas situaciones de estrés y, por tanto, a aliviar las ganas de orinar. En este caso es especialmente útil un diario de micciones, que puedes utilizar junto con un terapeuta para averiguar qué desencadena las ganas de orinar. El objetivo de la psicoterapia es aprender a lidiar con estos factores y encontrar una estrategia de afrontamiento.
Otra opción de tratamiento es el entrenamiento de la vejiga mediante terapia conductual. Por ejemplo, es aconsejable establecer horarios fijos y regulares para orinar e ir aumentando los intervalos de tiempo entre micciones.
Además, existen otras técnicas y opciones de tratamiento que pueden ser útiles para apoyar la terapia de la vejiga irritable. Entre ellas se encuentran diversas técnicas de relajación, como el entrenamiento autógeno. Sin embargo, cada persona afectada debe averiguar por sí misma qué técnica es la mejor para ella. Sin embargo, el principio subyacente es que se intenta relajar toda la musculatura del cuerpo, lo que también puede influir en los músculos de la vejiga.
Entrenamiento de la continencia: El objetivo del entrenamiento de la continencia es reducir o eliminar la micción involuntaria. Muchas personas sufren tanto la incontinencia de vejiga irritable que se ven muy afectadas en su vida cotidiana porque siempre temen no poder ir al baño a tiempo si de repente tienen que orinar.
El entrenamiento de la continencia consiste en ejercicios especiales para fortalecer los músculos del suelo pélvico. Algunas de las sesiones de formación se realizan junto con los médicos, pero otras también se hacen en casa.
Cuando empiecen las ganas de orinar, hay que dejar pasar unos minutos antes de vaciar la vejiga, aunque se liberen pequeñas cantidades de orina. Suprimir las ganas de orinar será muy difícil y agotador al principio, pero con el tiempo podrá suprimir las ganas de orinar durante periodos de tiempo cada vez más largos. Deberías llevar un diario y comparar los periodos para ver cuánto has progresado. Poco a poco, abstenerse de vaciar la vejiga tampoco requerirá tanta concentración como al principio.
Otros métodos: Para algunas personas, se puede considerar la terapia de electroestimulación. Por un lado, esto puede fortalecer los músculos del suelo pélvico, pero por otro lado, también puede reducir la sobreexcitabilidad de la vejiga.
Además, es posible fortalecer los músculos del suelo pélvico mediante unas pequeñas pesas especiales que se introducen en la vagina y que permiten controlar la incontinencia.