El ansiolítico alprazolam y su efecto

Alprazolam:

El alprazolam se utiliza como principio activo para el tratamiento de la ansiedad y los trastornos de pánico. Este psicoléptico, normalmente disponible en forma de pastillas, tiene un efecto ansiolítico y sedante y relaja los músculos. En la región DACH, el alprazolam puede obtenerse con receta médica (por ejemplo, en Austria mediante la regulación psicotrópica).

Efectos e ingesta:

Como sustancia activa perteneciente al grupo de las benzodiacepinas, el alprazolam tiene un efecto sedante y ansiolítico. El representante más conocido de este grupo de ansiolíticos, es decir, de medicamentos contra la ansiedad, es el diazepam o, más coloquialmente, el Valium. El alprazolam puede aumentar el efecto de los receptores GABA (es decir, los mensajeros nerviosos) en nuestro cerebro. Este neurotransmisor inhibe la excitación de las células nerviosas, por lo que tiene un efecto ansiolítico y calmante en el cuerpo humano.

Este ingrediente activo se suele tomar en forma de comprimidos y entra en el torrente sanguíneo en los intestinos. Posteriormente, el hígado procesa el alprazolam hasta la forma activa real (α-hidroxialprazolam), que llega al sistema nervioso central, donde el efecto dura entre 12 y 15 horas.

Trastorno de ansiedad generalizada:

Estos ansiolíticos se utilizan para tratar una ansiedad duradera que no se limita a objetos o situaciones específicas. Los pacientes tratados padecen inquietud mental y física, cefaleas tensionales, temblores y preocupaciones. En dicho trastorno de ansiedad generalizada, se ha demostrado que el alprazolam alivia la ansiedad predominante cuando se utiliza adecuadamente.

Efecto rebote:

Es importante tener en cuenta cuando se utiliza este fármaco que no debe suspenderse bruscamente, ya que de lo contrario pueden aparecer síntomas de abstinencia como alteraciones perceptivas o síntomas psicóticos, además de los síntomas originales.

Revisión comparativa:

Una, revisión en profundidad de 2018 sobre el alprazolam publicada en el Journal of Addiction Medicine examina este agente en cuanto a su toma, abuso y retirada. En este artículo también se evaluaron las indicaciones (es decir, la adecuación del tratamiento médico) del alprazolam por su efecto en las mujeres embarazadas.

El artículo analizaba varios estudios, incluida una revisión de 84 estudios (Jonas y Cohon, 1993) en los que el agente resultó ser superior al placebo en términos de efectos antidepresivos en 8878 participantes en el estudio y tan eficaz como todos los ansiolíticos comparativos, como el Valium. 3574 participantes fueron tratados con el agente, 3666 con otro ansiolítico comparativo y 1638 con un placebo. Los datos de múltiples estudios mostraron que el inicio del efecto antidepresivo fue significativamente más rápido con el alprazolam en comparación con otros agentes, y el alprazolam fue tan bien tolerado como el resto de los fármacos de comparación.

Sin embargo, los autores del artículo concluyeron que los estudios relevantes para esta revisión eran heterogéneos, no eran de una calidad especialmente buena y analizaban exclusivamente los efectos a corto plazo. Además, no estaba claro si el efecto clínico del fármaco se debía a un efecto antidepresivo específico o no específico sobre los problemas paralelos de ansiedad y sueño.

Abuso:

Todos los estudios doblemente ciegos y controlados con placebo examinados han demostrado que las benzodiacepinas pueden producir efectos de refuerzo en aquellas personas que indican una tendencia a abusar de ellas en asociación con su historial de consumo de drogas.

Durante el embarazo:

En cuanto al uso de alprazolam durante el embarazo, existen inconsistencias sobre la causa del efecto, por lo que se debe realizar un cuidadoso análisis de riesgo-beneficio si se está considerando prescribir el fármaco a mujeres embarazadas o lactantes.

Conclusión:

También cabe destacar que el número de ensayos clínicos con alprazolam disminuyó significativamente desde la llegada de nuevos antidepresivos. Además, no existen ensayos clínicos que comparen directamente el alprazolam u otras benzodiacepinas con los nuevos antidepresivos en relación con los trastornos de ansiedad, los trastornos de pánico o la depresión.

Los datos muestran que el tratamiento con alprazolam es tan eficaz como otras benzodiacepinas en el tratamiento de los trastornos de ansiedad y pánico. Sin embargo, esto debe considerarse junto con las tendencias de dependencia y la tolerancia del paciente, así como el efecto rebote.

En cualquier caso, el paciente debe ser cuidadosamente informado sobre los riesgos, como la posibilidad de dependencia y los síntomas de abstinencia. Como se señala en la actual directriz de la Asociación Médica Alemana, es importante que para la prevención y el tratamiento de la drogodependencia, los médicos de cabecera, los especialistas y, especialmente, los psiquiatras colaboren definitivamente.

Sustancias activas: