La flora vaginal en el cuerpo femenino:
La flora vaginal es la colonización natural de bacterias en la zona vaginal. La función de defensa contra los agentes patógenos y la regulación de la región vaginal son algunas de las tareas más importantes de la flora vaginal. En una vagina sana, el número y la composición de estas bacterias protectoras están en equilibrio. Esta diversidad de bacterias (aproximadamente 100 millones de gérmenes por mililitro de secreción vaginal) está dominada por las bacterias lácticas, ya que son las que mejor pueden proliferar en el entorno vaginal. La función esencial de las bacterias lácticas, o lactobacilos, es convertir los glucógenos, es decir, los múltiples azúcares, procedentes de la vagina en ácido láctico. Este ácido láctico reduce el pH de la vagina, lo que a su vez impide la multiplicación de otros gérmenes patógenos. Además del ácido láctico, los lactobacilos también producen peróxido de hidrógeno, que también tiene un efecto antibacteriano en la vagina. Lo ideal es que el entorno vaginal ácido esté en un rango de pH de 3,8 a 4,4.
Factores de riesgo comunes:
Los factores de riesgo más comunes de los desequilibrios vaginales son una higiene íntima inadecuada o la falta de ella, el uso de medicamentos, el estrés y los cambios hormonales. Especialmente cuando hay fluctuaciones en el equilibrio hormonal de la mujer, también puede producirse sequedad vaginal.
Fluctuaciones hormonales:
Cuando las mujeres entran en el climaterio, o menopausia, se producen fluctuaciones hormonales en el cuerpo femenino. Entre otras cosas, el nivel de estrógeno disminuye. Como resultado, el flujo sanguíneo en los labios y las zonas vaginales disminuye. Esto puede hacer que la vagina se reseque.
Trastornos vaginales posmenopáusicos:
Según un estudio reciente publicado en la revista científica JAMA Internal Medicine, casi la mitad de las mujeres se quejan de síntomas vulvovaginales molestos después de la menopausia. En el ensayo clínico multicéntrico, aleatorizado y controlado con placebo, 302 mujeres fueron tratadas con el estrógeno estradiol (en forma de comprimidos) o con una crema hidratante vaginal varias veces a la semana durante 12 semanas. Un tercer grupo del estudio recibió únicamente un gel placebo durante todo el periodo de estudio. Todas las mujeres tenían síntomas vaginales molestos. Entre los síntomas más comunes estaban el dolor en la penetración vaginal (60% de las mujeres), seguido de la sequedad vaginal (21% de las mujeres). El resultado de este estudio demostró que ni los comprimidos de estradiol ni la crema hidratante vaginal aportaron beneficios adicionales respecto al grupo de estudio con placebo. Básicamente, un placebo funciona alrededor del 30% de las veces. En este caso, el placebo funcionó mejor de lo esperado, ya que no hubo diferencias significativas entre los efectos del estradiol, la crema hidratante vaginal y el gel placebo. Según el autor principal del estudio, el Dr. Mitchell, las propiedades lubricantes del gel placebo neutro pueden ser una de las razones. Estos pueden haber ayudado a tratar la sequedad vaginal. Por lo tanto, no hay que ignorar el estado mental, que probablemente puede influir en los estados biológicos del cuerpo.
¿Un gran tabú?
Aunque muchas mujeres experimentan disfunciones vaginales, algunas son reacias a hablar de su condición vaginal o sexual con un médico. Por ello, un estudio desarrolló un cuestionario diseñado para mejorar la identificación y el diagnóstico de estas molestias genitales en mujeres mayores de 45 años durante su visita anual al médico.
Otro estudio, publicado en la revista Menopause Journal de la Sociedad Norteamericana de Menopausia, evaluó la eficacia de un cuestionario de autoinforme que, entre otras cosas, evaluaba el impacto de la sequedad vaginal en las mujeres posmenopáusicas en su bienestar. 113 mujeres completaron íntegramente el llamado cuestionario Day-to-Day Impact of Vaginal Aging (abreviado DIVA) entre octubre de 2019 y febrero de 2020. Se evaluaron las tasas de diagnóstico de molestias vaginales de las mujeres que completaron el cuestionario DIVA y se compararon con las tasas de diagnóstico de las mujeres que no lo hicieron. El resultado mostró que las mujeres que completaron el cuestionario durante el periodo tenían una tasa de diagnóstico del 37,2%. Las mujeres que no completaron el cuestionario DIVA mostraron una tasa de diagnóstico de sólo el 10%. En las mujeres posmenopáusicas, la tasa de diagnóstico con cuestionario fue del 44,2% y del 8,5% sin cuestionario.
Conclusión:
Las causas de la sequedad vaginal son muy variadas. El estrés, los cambios hormonales, una higiene íntima excesiva o insuficiente o como consecuencia de otras enfermedades pueden provocar sequedad vaginal. Por lo tanto, es importante no tener miedo de consultar a un ginecólogo si sientes que tu vagina está demasiado seca.
