El asma bronquial, también llamada asma bronquial o simplemente asma, es una inflamación crónica de los bronquios y la consiguiente hipersensibilidad de éstos. Como sistema de tubos ampliamente ramificado, los llamados bronquios conducen el aire respiratorio humano desde la tráquea hasta los alvéolos (es decir, los alvéolos pulmonares), donde también tiene lugar el intercambio de gases, es decir, la absorción de oxígeno en la sangre y la liberación de dióxido de carbono en el aire exhalado. La membrana mucosa del interior de los bronquios se hincha y desarrolla un líquido mucoso viscoso. Esto hace que el diámetro interior de los bronquios se estreche, dificultando la inspiración y la espiración de la persona afectada. En consecuencia, la frecuencia respiratoria aumenta y la persona respira más rápido. Si el caso es grave, puede provocar una hiperinflación, en la que el intercambio de gases es limitado y puede desarrollarse una falta de oxígeno en la sangre humana. Dado que el asma se produce en episodios, los síntomas siempre pueden mejorar entre ellos. En general, hay dos tipos de asma: el asma alérgica suele estar provocada por el polen, el polvo o los alimentos. El asma no alérgica se desencadena por el esfuerzo físico, el frío, el humo del tabaco o el estrés.
El asma bronquial es una enfermedad inflamatoria: se cree que los ácidos grasos omega-3, el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA) investigados en el estudio tienen un efecto inflamatorio: DHA) se cree que tienen efectos antiinflamatorios, por lo que ahora se ha investigado su causalidad con la inflamación crónica de las vías respiratorias.
El EPA y el DHA son ácidos grasos compuestos por una cadena de carbono y átomos de oxígeno e hidrógeno. Además del EPA y el DHA, también existe el ácido alfa-linolénico, que el cuerpo humano puede convertir en ácido eicosapentaenoico, ácido docosahexaenoico y ácido docosapentaenoico. Los ácidos grasos omega-3 sirven al organismo, entre otras cosas, como componentes de las membranas celulares (es decir, para la flexibilidad y la permeabilidad) y como sustancia de partida para la formación de hormonas tisulares (es decir, efecto sobre la presión arterial, la defensa inmunitaria y la inflamación). Además, el cerebro humano también está compuesto en gran parte por grasa, siendo el DHA el componente de ácidos grasos más importante del cerebro. Con la ayuda de una enzima específica, la delta-6 desaturasa, el organismo puede producir EPA y EHA con enzimas a partir de ácidos grasos omega-3 de origen vegetal. Existe una variante común (rs1535) en el gen de esta enzima que reduce su actividad. En consecuencia, las personas con esta variante genética dependen de la ingesta dietética de DHA y EPA.
El estudio, publicado en enero de 2021, en la revista European Respiratory Journal, utilizó datos de una gran cohorte de nacimientos del Reino Unido (es decir, Children of the 90s) que reclutó a madres que estaban embarazadas a principios de la década de los 90 y ha estudiado a su descendencia desde entonces. El estudio, dirigido por la Queen Mary Univesity de Londres, analizó la asociación entre la ingesta de EPA y DHA del pescado en niños a la edad de 7 años y la incidencia de nuevos casos de asma con diagnóstico clínico a las edades de 11 a 14 años.
Según la cohorte británica de nacimiento de niños de los años 90, alrededor del 44,5% (2025 de 4542 niños) de los participantes tenían la variante genética rs1535 (es decir, el cuerpo puede producir menos EPA y DHA por sí mismo). Según la investigación del estudio, se comprobó que estos mismos niños eran más propensos a tener asma entre los 11 y los 14 años cuando los padres registraban en el cuestionario dietético de referencia a los 7 años que sus hijos eran menos propensos a comer pescado.
Para el cuarto superior de niños con la mayor ingesta dietética de EPA y DHA, se descubrió que este mayor contenido de ácidos grasos se asociaba con un menor riesgo de asma, ya que el riesgo era un 51% menor en comparación con el cuarto inferior de la cohorte de ingesta de omega-3.
No se encontró ninguna relación en los niños sin la variante del gen rs1535 (es decir, el cuerpo puede producir más EPA y DHA por sí mismo). En consecuencia, este estudio sugiere una posible causa significativa de asma bronquial en los niños. Aunque los investigadores pudieron corroborar los hallazgos en otra cohorte (el estudio sueco BAMSE), este estudio observacional no ha demostrado aún una clara causalidad.
Por lo tanto, la ingesta de ácidos grasos omega-3 procedentes del pescado no se asoció directamente con el asma en la cohorte. Dado que la variación genética puede detectarse mediante simples análisis de sangre, es posible realizar ensayos aleatorios con placebo: los niños con mayor riesgo de desarrollar asma serían tratados con cápsulas de aceite de pescado o con placebo. Si la incidencia del asma disminuyera, esta terapia podría mostrar una asociación directa.
Ingredientes activos:
Danilo Glisic
Última actualización el 01.03.2021
Explore nuestra extensa base de datos de medicamentos de la A a la Z, con efectos, efectos secundarios y dosificación.
Todos los principios activos con sus efectos, aplicaciones y efectos secundarios, así como los medicamentos en los que están contenidos.
Síntomas, causas y tratamiento de enfermedades y lesiones comunes.
Los contenidos presentados no sustituyen el prospecto original del medicamento, especialmente en lo que respecta a la dosificación y los efectos de los productos individuales. No podemos asumir responsabilidad por la exactitud de los datos, ya que estos se han convertido parcialmente de forma automática. Para diagnósticos y otras preguntas de salud, siempre debe consultar a un médico.
© medikamio