Existe una distinción básica entre dos tipos de cáncer de piel: el cáncer de piel negro y el cáncer de piel claro, y el "cáncer de piel negro" se denomina melanoma maligno. Este tipo se origina en las células de la piel que forman el pigmento o la mucosa (es decir, los melanocitos). El "cáncer de piel claro" puede dividirse en dos grupos:
La mayoría de los cánceres de piel se diagnostican entre los 75 y los 79 años: alrededor de 840 de cada 100.000 personas desarrollan un melanoma maligno cada año. Entre los 20 y los 24 años, 41 de cada 100.000 personas son diagnosticadas con este carcinoma maligno.
La vitamina A es un nombre para un gran número de compuestos relacionados, que también se conocen como retinoides. Entre ellos se encuentran el retinol, la retina o el retinal y el ácido retinoico. La vitamina A se divide en dos grupos según la fuente alimentaria (animal o vegetal). Procedente de los alimentos de origen animal, el retinol es un compuesto amarillo y liposoluble precursor de la forma más activa de la vitamina A utilizada en el cuerpo humano. La vitamina A procedente de alimentos vegetales como las frutas y las verduras se denomina carotenoide provitamina A. Entre ellos se encuentran los conocidos beta-carotenos y alfa-carotenos, que pueden convertirse en retinol en el organismo. Se sabe que el retinol (y sus derivados) favorece el crecimiento y el mantenimiento de las células normales de la superficie de la piel (es decir, las epiteliales). Además, los retinoides pueden reducir el crecimiento celular y bloquear la transformación de las células malignas. Según los estudios realizados, los retinoides se encuentran entre los agentes quimiopreventivos contra las localizaciones del cáncer, como la cabeza, el cuello, la mama y el hígado. Basándose en varios estudios sobre los efectos anticancerígenos de los carotenoides, existe una posible relación entre el retinol y sus sustancias derivadas y la quimioprevención.
Sin embargo, los retinoides producidos sintéticamente, como la acitretina, no están exentos de efectos secundarios, por lo que un equipo de investigadores de la Universidad de Brown (EE.UU.) utilizó dos estudios observacionales prospectivos para investigar si los retinoides presentes en los alimentos naturales también tienen un efecto protector contra el cáncer de piel.
En el llamado Estudio de Salud de las Enfermeras, 75.170 participantes femeninas de Europa completaron cuestionarios sobre hábitos alimenticios. 2.222 personas de esta cohorte desarrollaron un espinalioma, la segunda forma más común de cáncer de piel. En el Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud, de los 48.400 hombres analizados, 1.756 desarrollaron cáncer de piel en 28 años.
El estudio de cohortes, publicado en 2019 en la revista médica JAMA Dermatology, utilizó cuestionarios autoadministrados por los participantes para analizar la ingesta de vitamina A y carotenoides y el riesgo de espinalioma, que fueron seguidos cada dos años. La tasa de seguimiento fue, por término medio, superior al 90%.
El cuestionario incluía información dietética recogida de aproximadamente 130 alimentos desde 1984 en el Servicio Nacional de Salud (es decir, el sistema sanitario gubernamental del Reino Unido). Se preguntó a los participantes en el estudio con qué frecuencia, por término medio, habían consumido una determinada cantidad de cada alimento en el año anterior. Había 9 respuestas posibles entre nunca o menos de una vez al mes o 6 y varias veces al día. La ingesta de alimentos se calculó mediante la frecuencia de consumo de cada alimento y su contenido en nutrientes, que se extrajo de las bases de datos de composición de alimentos de la Universidad de Harvard.
Un mayor contenido total de vitamina A se asoció con un menor riesgo de cáncer de piel de espinazo. Los participantes en el estudio se dividieron en cinco grupos iguales. En comparación con la primera quinta parte con la menor ingesta de vitaminas, los participantes de los otros grupos con más vitamina A tenían entre un 3 y un 17% menos de probabilidades de desarrollar un espinalioma.
Los retinoides procedentes de alimentos de origen animal obtuvieron los mejores resultados -y, por tanto, el mejor efecto protector- en la evaluación. En segundo lugar estaban las llamadas beta-criptoxantinas, el licopeno y la luteína y zeaxantina. Las beta-criptoxantinas se encuentran habitualmente en las naranjas, pero también en otras frutas y verduras. El licopeno se encuentra en los tomates y la luteína en las verduras de hoja oscura. Con la ayuda de la zeaxantina, los granos de maíz adquieren su coloración amarillenta. La ingesta de betacaroteno no se asoció a un menor riesgo de cáncer de piel en este análisis. En general, los resultados mostraron consistencia según el género y otros factores de riesgo de cáncer de piel.
El análisis del estudio indica que una mayor ingesta de vitamina A en la dieta puede estar asociada a un menor riesgo de incidencia de espinomas. Dado que el estudio no puede demostrar un efecto protector claro, se necesitan estudios futuros para determinar si la ingesta de vitamina A podría desempeñar un papel importante en la quimioprevención del cáncer de piel.
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Danilo Glisic
Última actualización el 19.07.2021
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