Efectos secundarios
El principal efecto secundario de las cefalosporinas es la hipersensibilidad (alergia al medicamento). Los pacientes sensibles a la penicilina también reaccionan de forma alérgica a las cefalosporinas, dependiendo de la generación de cefalosporinas. Las reacciones alérgicas pueden manifestarse, por ejemplo, como erupción cutánea, prurito (picor), urticaria, reacciones similares a la enfermedad del suero con erupción cutánea, fiebre y artralgia, así como anafilaxia.
Otros efectos secundarios incluyen alteraciones gastrointestinales (por ejemplo, diarrea, náuseas y vómitos, molestias abdominales, alteraciones de las enzimas hepáticas, hepatitis transitoria e ictericia colestática), dolor de cabeza y síndrome de Stevens-Johnson.
Entre los efectos secundarios poco frecuentes se encuentran la eosinofilia y los trastornos sanguíneos (incluyendo trombocitopenia, leucopenia, agranulocitosis, anemia aplásica y anemia hemolítica); nefritis intersticial reversible; hiperactividad, nerviosismo, trastornos del sueño, alucinaciones, confusión, hipertensión y mareos.
Los síntomas de sobredosis incluyen diarrea, náuseas, malestar estomacal y vómitos.