Conceptos básicos
La silicona es un polímero sintético compuesto de silicio, oxígeno, carbono e hidrógeno. Es conocido por su durabilidad y flexibilidad, lo que lo hace útil para una amplia gama de aplicaciones. En medicina, la silicona se utiliza en una amplia gama de dispositivos y productos.
Aplicaciones
Uno de los principales usos de la silicona en medicina es la fabricación de dispositivos médicos como catéteres, implantes y prótesis. Esto se debe a que la silicona es biocompatible e inerte, lo que significa que no provoca reacciones adversas en el organismo. Además, la silicona puede esterilizarse sin dañar el material, lo que es crucial para los productos sanitarios que deben esterilizarse varias veces.
La silicona también se utiliza en adhesivos médicos, lubricantes quirúrgicos y apósitos para heridas. Esto se debe a que la silicona tiene la capacidad de retener la humedad y mantener un entorno húmedo, lo que puede ser beneficioso para la cicatrización de las heridas. Además, la silicona se utiliza a menudo para implantes mamarios y otros procedimientos cosméticos porque puede imitar la sensación y el movimiento naturales del tejido humano.
Fue desarrollado por primera vez en las décadas de 1940 y 1950 por investigadores que buscaban un material que pudiera utilizarse para sustituir al caucho.