Conceptos básicos
El fosfato sódico es un compuesto químico formado por iones de sodio y fosfato. Se utiliza médicamente sobre todo en caso de deficiencia de fosfato en el organismo. Esto puede ocurrir en el contexto de una enfermedad genética rara en la que un defecto en el gen PHEX es responsable del cuadro clínico. Esto conduce a una mayor excreción de fosfato a través de los riñones, lo que resulta en un nivel demasiado bajo de fosfato en la sangre.
El fosfato, junto con el calcio, es responsable de la fortaleza de los huesos del cuerpo. Cuando es deficiente, afecta a los huesos, haciendo que se ablanden o se doblen y aumentando el riesgo de fracturas.
Esta enfermedad se hereda ligada al cromosoma X. Si el padre padece la enfermedad, todas las hijas también se verán afectadas; si la madre padece la enfermedad, hay un 50% de probabilidades de que las hijas y los hijos también se vean afectados.
El diagnóstico se realiza a una edad temprana, normalmente en la infancia. No es curable, pero puede compensarse mediante terapias de sustitución que aportan fosfato al organismo y compensan así la deficiencia en el cuerpo.
El fosfato sódico BRAUN® es una solución concentrada de fosfato sódico que se administra por vía intravenosa (en la vena a través de un goteo venoso) para corregir un nivel demasiado bajo de fosfato en la sangre.
Usos e indicaciones
La solución de fosfato sódico se administra por vía intravenosa como aditivo a las soluciones para perfusión. La dosis depende del paciente. La necesidad media de un paciente de cuidados intensivos es de unos 50-70 mmol de fosfato o 0,7-1 mmol/kg de peso corporal al día. Esta cantidad calculada se añade a unos 250 ml de líquido y se administra.
Sin embargo, el fosfato sódico no sólo se utiliza en medicina para corregir una deficiencia de fosfato sódico, sino también como laxante para el estreñimiento. Para ello, existe en el mercado el fármaco fosfo-sosa, que aumenta el contenido de agua de las heces y, de este modo, facilita la defecación y vacía el intestino.
Además, el fosfato sódico desempeña un papel importante en la vida cotidiana como aditivo en productos de limpieza como agente desincrustante o en la tecnología alimentaria, entre otras cosas como agente complejante, regulador de la acidez o reafirmante.
En la UE, está autorizado como aditivo alimentario con el número E339 y se añade a determinados tipos de queso (por ejemplo, el queso fundido).
Los fosfatos sódicos también se utilizan habitualmente en la agricultura como fertilizantes.
Historia
En el pasado, los fosfatos sódicos también se utilizaban en detergentes para reducir la dureza del agua. Sin embargo, ha surgido el problema de que esto hace que pasen a las aguas residuales, donde favorecen el crecimiento de algas y provocan la contaminación del agua.
Por este motivo, muchos gobiernos y organizaciones ecologistas han decidido restringir o prohibir totalmente el uso de fosfatos sódicos. En la actualidad, su uso está prohibido en algunos países, como Suiza.