Dependiendo de la causa, la deficiencia visual es una de las alteraciones patológicas de la percepción visual. Estos pueden manifestarse como una disminución de la agudeza visual, parpadeo de los ojos, destellos, deterioro del campo visual o ceguera temporal. Aunque la reducción de la percepción visual tiene un impacto negativo en la salud física, aún no se ha investigado la correlación con los síntomas depresivos en adultos de 40 a 65 años. Las evaluaciones muestran que especialmente las mujeres de este grupo de edad -en comparación con otros grupos de edad- presentan el mayor número de casos de trastornos depresivos. Además, las mujeres tienen un mayor índice de casos de depresión que los hombres. Nuevos análisis indican que una visión reducida a esta edad se asocia con un mayor riesgo de posibles síntomas de enfermedad depresiva. Cabe destacar que muchas de estas condiciones que afectan a la percepción visual se producen antes de la mediana edad. Entre ellos se encuentran los errores de refracción corregibles y las cataratas, así como afecciones más graves como el glaucoma, la retinopatía diabética, la retinopatía hipertensiva y la degeneración macular.
En este contexto, el estudio publicado en la revista científica Menopauseexaminó la influencia de la visión en los síntomas depresivos en el grupo de edad femenino de 40 a 65 años. Los datos analizados se basan en el estudio epidemiológico longitudinal Study of Women's Health Across the Nation(estudio SWAN), realizado en varios lugares.
La relevancia del estudio se debe a la elevada prevalencia de la depresión en el mundo: el informe sobre la depresión del Ministerio de Asuntos Sociales austriaco habla de un 6,5% de la población austriaca adulta.
El estudio SWAN examinó los cambios físicos, biológicos, psicológicos y sociales durante la fase media de la vida. Desde finales de la década de 1990, ha seguido a mujeres de mediana edad al comienzo de la menopausia para investigar la influencia de los cambios hormonales en la salud física y mental. Esto no sólo sirve para apoyar a los científicos y a las personas del sector sanitario, sino que también es importante para la salud y la calidad de vida de las mujeres.
El análisis contó con el apoyo del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA, por sus siglas en inglés), el Instituto Nacional de Investigación en Enfermería(NINR, por sus siglas en inglés), los Institutos Nacionales de Salud(NIH, por sus siglas en inglés), la Oficina de Investigación sobre la Salud de la Mujer y el Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa.
Para ello, se analizó la agudeza visual de lejos (es decir, la agudeza visual de lejos) en seis visitas de seguimiento consecutivas casi anuales. La discapacidad visual se describió como leve (20/30 - 20/60) o moderada (20/70 o peor). También se evaluaron los síntomas depresivos de los pacientes en cada visita mediante una escala de depresión.Se utilizaron procedimientos de análisis estadístico con ecuaciones de estimación para analizar la asociación entre las alteraciones visuales y los síntomas depresivos. El estudio se centró en los factores de riesgo específicos de la edad para la depresión, que son más comunes en las mujeres que en los hombres.
Los resultados mostraron que existe una asociación longitudinal significativa entre la discapacidad visual leve o moderada y los síntomas depresivos posteriores en las mujeres de este grupo de edad. El 53,5% de las mujeres estudiadas tenían una discapacidad visual leve y el 8,0% una discapacidad visual moderada. Los resultados mostraron una probabilidad 2,55 veces mayor de que estas mujeres mostraran síntomas depresivos en el siguiente examen que las mujeres del mismo grupo de edad sin discapacidad visual. Se han tenido en cuenta los siguientes factores: Edad, origen, síntomas depresivos prevalentes, educación, estatus económico, IMC y comportamiento como fumador.
Cuando se ajustaron los datos para incluir la diabetes, la hipertensión y la artrosis como factores, las asociaciones dejaron de ser estadísticamente significativas.
Los trastornos visuales se asociaron con un mayor riesgo de síntomas depresivos posteriores en mujeres del grupo de edad de 40 a 65 años. Los investigadores del análisis longitudinal sugieren que la detección temprana y la corrección de la discapacidad visual es un paso importante para mantener las condiciones de salud mental en las mujeres de este grupo de edad. Las deficiencias visuales pueden repercutir negativamente en el estado mental de una persona, pudiendo provocar trastornos mentales a largo plazo. Dado que muchas deficiencias visuales son tratables, el tratamiento por parte de un optometrista u oftalmólogo podría tener un efecto positivo, manteniendo así un estado de salud mental sostenible en las mujeres de mediana edad.
La depresión puede ser una enfermedad mental grave que se da en cualquier grupo de edad. Si sospecha que hay síntomas depresivos en usted mismo o en un familiar o conocido, no debe esperar a buscar ayuda. Por ello, en el siguiente enlace (no patrocinado) encontrará una base de datos de la zona de Austria para encontrar apoyo especializado según la provincia y la categoría.
Danilo Glisic
Última actualización el 14.04.2022
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