Covid largo (síndrome post-Covid)

Cansancio (Fatiga)
Dolor de cabeza
Trastorno por déficit de atención
Dolores musculares y articulares
Pérdida de cabello
Dificultad para respirar
Ansiedad/nerviosismo
Depresión
Pérdida del gusto y del olfato
problemas cognitivos
Infección por SARS-CoV-2
sexo femenino
mediana edad
Asma
trastornos mentales
infección grave por COVID-19
carga viral elevada
medidas de apoyo

Conceptos básicos

La COVID-19 es una enfermedad multiorgánica que puede causar una amplia gama de síntomas. Ciertos síntomas pueden persistir durante mucho tiempo después de una infección aguda por COVID. La COVID prolongada y el síndrome post-COVID (PCS) se describieron por primera vez durante la pandemia de COVID-19. Se trata, por tanto, de cuadros clínicos recientes. Si los afectados siguen presentando síntomas tras un periodo de cuatro semanas después de una infección por COVID-19, esta afección se denomina COVID largo o secuelas post-agudas de COVID-19. Si los síntomas persisten durante más de doce semanas, los médicos hablan de síndrome post-COVID.

(iStock / Jikaboom)

Frecuencia

La incidencia exacta del SCP varía entre el 2% y el 80% en función del estudio. La OMS estima que alrededor del 10-20% de los pacientes con COVID sufren síntomas prolongados. Las razones de estas frecuencias incoherentes son presumiblemente las diferentes definiciones de SCP (dependiendo del estudio) y la incoherencia de las poblaciones analizadas.

Causas

Aún no se conocen con precisión los mecanismos subyacentes del síndrome post-COVID. A menudo se sospecha que la persistencia del virus tras la infección aguda, los mecanismos autoinmunes, la inflamación prolongada tras el final de la enfermedad aguda o la disfunción endotelial están detrás de los síntomas. En general, las quejas somáticas o psicosomáticas en la historia clínica favorecen la aparición del síndrome COVID largo/post. Un alto nivel de estrés psicosocial también puede contribuir a la persistencia de los síntomas COVID.

Los factores de riesgo para la aparición del SCP son

  • Factores biográficos (por ejemplo, sexo femenino, mediana edad)

  • Afecciones preexistentes (por ejemplo, asma, enfermedad mental)

  • Factores específicos de COVID-19 (por ejemplo, síntomas agudos, carga viral elevada)

El riesgo de PCS aumenta significativamente en los pacientes que presentan un curso agudo grave de la enfermedad, en contraste con los pacientes con síntomas leves en la fase aguda de la enfermedad. Los pacientes con COVID-19 que requieren tratamiento médico intensivo (por ejemplo, ventilación invasiva) en el curso de su enfermedad pueden sufrir cambios orgánicos patológicos (por ejemplo, fibrosis pulmonar, insuficiencia renal) como resultado de la COVID-19. Estos cambios orgánicos pueden por sí mismos -sin un PCS- conducir a problemas de salud persistentes.

Niños

Los niños también pueden verse afectados por COVID largo o PCS. En general, sin embargo, los cuadros clínicos parecen ocurrir principalmente en adultos. Los niños mayores de 10 años y los adolescentes se ven afectados con más frecuencia por síntomas de COVID largo que los niños más pequeños.

Factores de riesgo para la aparición de COVID largo en niños:

  • Sexo femenino

  • Enfermedades previas

  • Curso grave de COVID

Síntomas

La mayoría de los pacientes con COVID-19 se recuperan completamente después de una enfermedad aguda. Incluso un tercio de los infectados agudos por COVID permanecen asintomáticos. Sin embargo, los pacientes que padecen PCS tras una enfermedad aguda pueden tener evoluciones muy diferentes de la enfermedad. Por tanto, el cuadro clínico no es uniforme. Los síntomas del SCP a menudo conllevan una reducción de la calidad de vida y tienen un impacto negativo en la vida social y profesional.

Los síntomas más comunes del síndrome postCOVID son

SíntomaFrecuencia en los afectados de SPC
Cansancio (fatiga)
58 %
Dolores de cabeza44 %
Trastorno por déficit de atención
27 %
Dolores musculares y articulares
26 %
Caída del cabello
25 %
Dificultades respiratorias (disnea)
24 %

Trastornos cognitivos

-

Pérdida del sentido del gusto y del olfato

-
Trastornos del sueño-
Ansiedad y depresión-

La mayoría de los síntomas del síndrome de fatiga crónica son inespecíficos. A menudo no se puede encontrar un correlato orgánico para los síntomas en el curso del diagnóstico.

(iStock / Jirapong Manustrong)

Fatiga

Los pacientes de COVID-19 y los que padecen PCS a menudo informan del síntoma de fatiga. La fatiga se refiere a un agotamiento subjetivo a menudo muy restrictivo que no mejora suficientemente con el sueño o el descanso. El agotamiento es desproporcionado con respecto al esfuerzo previo y se manifiesta a nivel somático, cognitivo y psicológico. Si se produce fatiga grave con intolerancia al ejercicio, trastornos cognitivos y dolor en personas menores de 60 años, también debe considerarse la posibilidad de un síndrome de fatiga crónica (ME/CFS). El tratamiento de la fatiga debe tener como objetivo aliviar los síntomas y prevenir la cronicidad. Los enfoques terapéuticos incluyen la promoción del sueño, la terapia del dolor y medidas para reducir el estrés y promover la relajación.

Diagnóstico

En general, los síntomas postCOVID deben ser diagnosticados de forma multidisciplinar, es decir, por los especialistas pertinentes (por ejemplo, un neurólogo). La piedra angular para el diagnóstico del SCP es una historia clínica detallada y un examen físico realizado por el médico que atiende al paciente. La exploración física debe incluir un estado neurológico, funcional y psicológico.

Otras opciones diagnósticas para el SCP:

  • Pruebas de daño orgánico en caso de quejas

  • Detección de depresión y trastornos de somatización

  • Objetivación de las limitaciones funcionales

  • Pruebas de polineuropatía por enfermedad crítica (PEC)

El diagnóstico de laboratorio del SCP se utiliza principalmente para descartar otras enfermedades (diagnóstico diferencial). En pacientes con síntomas persistentes, se puede realizar una PCR para SARS-CoV-2 para diferenciar si los síntomas se deben a una infección activa prolongada por COVID o si es una PCS la responsable de los síntomas.

Terapia

En la actualidad no existen opciones de tratamiento farmacológico probadas para el síndrome COVID largo o post-COVID. No obstante, en la actualidad se están probando en ensayos clínicos diversos enfoques terapéuticos (por ejemplo, inmunoadsorción, aféresis lipídica u oxigenoterapia hiperbárica). Algunos estudios también informan de una posible influencia positiva de una vacunación terapéutica -es decir, una vacunación COVID para los síntomas existentes del síndrome PCS- sobre los síntomas. Sin embargo, los datos al respecto siguen siendo escasos, por lo que no se pueden hacer recomendaciones generales.

En general, los enfermos de SPC deberían recibir apoyo psicosocial y atención psicosomática básica en caso necesario. En la actualidad, ya existen varias clínicas ambulatorias especializadas en el tratamiento de la COVID prolongada y el SCP.

Marcapasos

La palabra marcapasos se refiere a un método de gestión de la energía que resulta adecuado para tratar la fatiga que suele aparecer, por ejemplo, con el PCS. Los afectados aprenden a organizar adecuadamente su energía disponible y a no forzarse más allá de sus límites individuales. Con la ayuda de registros de actividad o monitores de frecuencia cardíaca y actividad, los pacientes con PCS pueden aprender a no sobrecargarse.

Afrontamiento

El término "afrontamiento" se refiere a los esfuerzos de una persona para hacer frente a una situación estresante. Como parte de su tratamiento médico, los pacientes con COVID y PCS de larga duración deben recibir apoyo para desarrollar comportamientos de afrontamiento adecuados e integrarlos en su vida diaria. Pueden utilizarse distintas estrategias en función de los síntomas predominantes.

Previsión

Tras una evolución grave de la enfermedad por COVID-19, se producen daños en órganos (por ejemplo, pulmones, corazón o riñones) con mayor frecuencia que en el caso de una evolución leve de la enfermedad. Estos daños pueden asociarse a determinadas consecuencias para la salud a largo plazo.

(iStock / wildpixel)

En la actualidad todavía no está claro cuánto pueden durar los síntomas del SPC. En la mayoría de los casos, los síntomas del SPC mejoran en un periodo de cuatro a ocho semanas. En algunos casos, sin embargo, los síntomas pueden durar más de 12 meses. En raras ocasiones, los síntomas del PCS pueden no desarrollarse hasta 6 meses después de una enfermedad aguda por COVID-19.

Prevenir

Actualmente no se conocen medidas preventivas que protejan contra el síndrome COVID de larga duración o el síndrome post-COVID. La vacunación contra el síndrome COVID puede reducir el riesgo de ambos cuadros clínicos, pero sólo ofrece una protección parcial contra los síntomas COVID de larga duración en caso de que se produzca un brote de la infección. La mejor manera de protegerse contra el SOC es evitar la infección o la reinfección por el SRAS-CoV-2 mediante el cumplimiento de las medidas de control de la infección (por ejemplo, una higiene exhaustiva de las manos).

Dr. med. univ. Moritz Wieser

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Thomas Hofko

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