Dificultad para conciliar el sueño y permanecer dormido

Somnolencia diurna
Problemas de concentración
Reducción del rendimiento/fuerza
reducción de la calidad del sueño
Estrés
problemas familiares
Dolor
Orinar
Cafeína, alcohol, drogas, consumo de medicamentos
Ambiente brillante o incómodo para dormir

Conceptos básicos

Los trastornos del sueño son uno de los problemas de salud más comunes, ya que afectan al 6-10% de la población. Aunque las noches de insomnio aisladas se dan en casi todo el mundo, conviene aclarar las causas en el caso de problemas de sueño más duraderos.

Mujer con insomnio Tero Vesalainen / iStock

La cantidad de sueño necesaria varía de una persona a otra y suele disminuir con la edad. Mientras que un escolar necesita unas nueve horas de sueño, los adultos sólo necesitan una media de siete horas y las personas mayores sólo seis horas. Sin embargo, se trata de valores medios que pueden variar mucho de una persona a otra.

En lenguaje técnico, el insomnio se denomina "insomnio" y la falta de sueño, "hiposomnia". Otros trastornos del sueño, como las pesadillas, el sonambulismo o los trastornos respiratorios nocturnos(apnea del sueño) no entran dentro de este término. Existen otras enfermedades asociadas a un aumento patológico del sueño (por ejemplo, la narcolepsia), que también se denominan trastornos del sueño.

Causas

Trastornos primarios del sueño

Los trastornos primarios del sueño no tienen causas específicas, pero se desencadenan por factores de tensión psicológica, como el estrés o las preocupaciones, por ejemplo, en el trabajo o debido a problemas familiares. Además, la calidad y la duración del sueño pueden verse obstaculizadas por condiciones de sueño desfavorables (por ejemplo, un entorno ruidoso, luminoso o incómodo para dormir). A menudo, un simple desencadenante conduce a una mayor intensificación del trastorno del sueño, en el que las cavilaciones, los pensamientos sobre las consecuencias negativas del insomnio y la tensión impiden aún más conciliar el sueño.

Trastornos secundarios del sueño

Los trastornos secundarios del sueño se desencadenan por causas físicas o psiquiátricas. La ingesta de determinadas sustancias también puede influir: Además de la cafeína, el alcohol y las drogas, los medicamentos también pueden perturbar la calidad del sueño.

Las posibles causas físicas de un trastorno secundario del sueño son

Síntomas

La atención se centra en la duración o la calidad insuficientes del sueño nocturno. Estas dificultades pueden adoptar distintas formas. Mientras que algunas personas tardan mucho en dormirse (trastorno de inicio del sueño), otras pueden despertarse demasiado pronto y ser incapaces de dormir toda la noche (trastorno de inicio del sueño). Las consecuencias son cansancio diurno, problemas de concentración y menor rendimiento o capacidad de recuperación al día siguiente. La limitación del rendimiento al día siguiente y el nivel general de sufrimiento son los principales parámetros para evaluar la gravedad de un trastorno del sueño.

Diagnóstico

Diagnóstico básico

La base del diagnóstico es un estudio de las quejas. A partir de una duración de un mes y una frecuencia de al menos tres noches por semana, se considera que los síntomas son expresión de un trastorno del sueño. Puede ser útil llevar un diario del sueño antes de acudir al médico. En este diario debe anotarse la siguiente información:

  • Sueño reparador
  • Consumo de cafeína
  • Consumo de alcohol
  • Medicación tomada
  • Acontecimientos estresantes en el mismo día
  • Dolor

En la consulta del médico se puede evaluar la gravedad del trastorno del sueño y sus posibles causas con ayuda de una conversación (anamnesis). Además, se puede realizar un examen físico. Esto suele ser suficiente para diagnosticar un trastorno del sueño.

Exámenes complementarios

En casos individuales o si se sospecha que existe una causa subyacente del trastorno del sueño, pueden ser útiles exámenes adicionales.

Análisis de laboratorio

Un análisis de sangre y diagnósticos de laboratorio pueden detectar causas físicas de un trastorno del sueño, como el hipertiroidismo.

Actigrafía

Una forma sencilla de determinar la actividad física durante el día y la calidad del sueño por la noche es utilizar actigrafos o actómetros. Estos dispositivos técnicos pueden utilizar sensores para registrar los movimientos del cuerpo durante un largo periodo de tiempo. Un ejemplo de ello son los modernos smartwatches o relojes deportivos que suelen llevar integrados programas para medir la calidad del sueño.

Laboratorio del sueño

En algunos casos, la monitorización (polisomnografía) en un laboratorio del sueño puede proporcionar más información importante sobre el comportamiento del sueño. Se utilizan los siguientes exámenes

  • Electroencefalografía (EEG): para ello, se pegan electrodos en el cuero cabelludo o se llevan mediante un "gorro" especial. El examen no es doloroso, pero puede causar cierto hormigueo o irritación de la piel. La actividad cerebral se muestra en forma de ondas, que pueden proporcionar información sobre la profundidad del sueño.
  • Medición de la frecuenciacardiaca: para diagnosticar arritmias cardiacas o reacciones de estrés (por ejemplo, durante las pausas nocturnas de la respiración).
  • Medición dela frecuencia respiratoria : para detectar pausas respiratorias nocturnas (apnea del sueño). Estas alteran el descanso nocturno y están causadas por el estrechamiento de las vías respiratorias debido a peculiaridades anatómicas o a la obesidad.
  • Medición de la saturación de oxígeno (pulsioximetría): Consiste en hacer pasar una luz por el dedo y medir la absorción. Este examen también es indoloro y sirve para detectar trastornos respiratorios nocturnos y descensos de la saturación.
  • Movimientos de las piernas: el llamado síndrome de las piernas inquietas se manifiesta por un impulso incontrolable de mover las piernas y es una causa frecuente de trastornos del sueño.
Monitor durante el examen en el laboratorio del sueño gorodenkoff / iStock

Terapia

Una higiene del sueño eficaz es el primer paso en el tratamiento de un trastorno del sueño y, en muchos casos, puede mejorar los síntomas. El entorno de sueño debe ser tranquilo, oscuro y cómodo. Además, el tiempo en la cama debe limitarse a la hora de acostarse y debe evitarse ver la televisión, leer u otras actividades en la cama. Por la mañana, debe abandonarse la cama poco después de despertarse y debe evitarse permanecer en ella durante mucho tiempo. Por la noche, sólo debe acostarse cuando ya esté cansado. La actividad física y el deporte durante el día pueden mejorar el sueño, pero por la noche deben evitarse las actividades físicamente extenuantes o mentalmente exigentes. Hacer que la noche sea más relajante, como leer, darse un baño caliente o beber una infusión caliente, puede favorecer el sueño y ayudar a relajarse. El consumo de alcohol, cafeína y alimentos difíciles de digerir debe evitarse en general, pero especialmente por la noche. Es contraproducente dormir la siesta durante el día.

Si la mejora de la higiene del sueño no es suficiente, pueden seguir otras opciones terapéuticas.

Terapia cognitivo-conductual

La terapia cognitivo-conductual puede ser otra herramienta valiosa. La terapia se ofrece en sesiones individuales, de grupo o en línea. Consiste en aprender a romper patrones de pensamiento negativos con la ayuda de un psicoterapeuta, además de técnicas de relajación. Los métodos de relajación utilizados incluyen la visualización, la relajación muscular progresiva y ejercicios de respiración.

Algunos tratamientos no están científicamente probados, pero muchos pacientes los utilizan además de las terapias mencionadas. Entre ellos están la acupuntura, la aromaterapia, la homeopatía, la fototerapia, la musicoterapia y el yoga.

Opciones de tratamiento farmacológico

A corto plazo también se pueden utilizar fármacos que favorezcan el sueño. El requisito previo para ello es un diagnóstico completo, que incluya la exclusión de enfermedades subyacentes tratables y los intentos infructuosos de terapia con opciones de tratamiento no farmacológicas, como la higiene del sueño y la psicoterapia. Para la terapia se dispone de varios grupos de sustancias.

Al utilizar somníferos de venta con y sin receta deben tenerse en cuenta los siguientes problemas, y en caso de duda debe consultarse a un especialista:

  • Efecto de habituación : ya no es posible conciliar el sueño sin el medicamento.
  • Síntomas de abstinencia : inquietud y ansiedad cuando se deja de tomar el medicamento de repente.
  • Pérdida de efecto: persistencia de los trastornos del sueño a pesar de tomar el medicamento.
  • Sobredosis o hipersensibilidad potencialmente mortal: se manifiesta por confusión, insuficiencia respiratoria y coloración azulada de las yemas de los dedos y los labios.
  • Somnolencia diurna: la concentración y la reacción pueden verse alteradas al día siguiente de la ingestión. Se recomienda precaución al conducir vehículos y otras máquinas.
  • Interacción: Especialmente el alcohol, los analgésicos fuertes (opioides), los antihistamínicos y los antidepresivos pueden tener interacciones peligrosas con las benzodiacepinas.

Extractos herbales de pasiflora, melisa, lúpulo o valeriana son utilizados por algunos pacientes para promover el sueño y en muchos casos ya son suficientes para una terapia suficiente. Las pruebas de eficacia son escasas, por lo que no se puede hacer una recomendación general.

Los somníferos a base de melatonina son de venta libre y actúan en el cerebro como la melatonina, la hormona del sueño propia del organismo, lo que puede tener un leve efecto inductor del sueño. Esto es especialmente útil para los trastornos del sueño de corta duración causados por el jet lag o el trabajo por turnos. La melatonina es en parte responsable del ciclo natural de sueño-vigilia y se libera en el cerebro por la noche. La ingesta externa de la hormona es segura, pero no se ha demostrado su eficacia a largo plazo. Dado que a menudo se vende como complemento alimenticio y no como medicamento, no está sujeta a las estrictas normas legales de calidad de los medicamentos. No obstante, es una sustancia con posibles efectos adversos, por lo que se recomienda el asesoramiento médico antes y durante su uso.

También existen antihistamínicos sedantes de venta libre, pero no deben utilizarse de forma permanente ni por personas mayores. Su uso se limita a noches ocasionales de inquietud.

El grupo de las llamadas benzodiacepinas incluye una serie de sustancias adecuadas para el tratamiento a corto plazo de un trastorno del sueño. Se diferencian por la dosis y la duración de su acción. Aunque tienen un fuerte efecto inductor del sueño, a menudo provocan cansancio al día siguiente (resaca) debido a su larga duración de acción. Una característica negativa importante de las benzodiacepinas es el rápido desarrollo de dependencia y tolerancia. Esto significa que ya no es posible conciliar el sueño sin tomar el fármaco y que hay que tomar una dosis cada vez mayor para conciliar el sueño. Por ello, los expertos desaconsejan el tratamiento prolongado con benzodiacepinas.

Otros somníferos de venta con receta son las "sustancias Z" (por ejemplo, zolpidem, zopiclona), que son similares a las benzodiacepinas. Éstas también son adecuadas para el tratamiento a corto plazo y también tienen riesgo de dependencia.

Previsión

Los trastornos del sueño inducidos psicológicamente suelen ser crónicos. Los mejores resultados se obtienen con la terapia cognitivo-conductual. Si el desencadenante es una causa física, como un dolor o una enfermedad crónica, el tratamiento de la enfermedad subyacente puede, en la mayoría de los casos, al menos producir una mejoría.

El insomnio no tratado somete al organismo a un gran estrés y puede provocar síntomas como estados de ánimo depresivose hipertensión arterial. Esta última también aumenta el riesgo de infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares.

Prevención

No existen métodos específicos para prevenir el insomnio y los trastornos del sueño. La observancia de una higiene del sueño puede ayudar a menudo. Sin embargo, si se reconocen los síntomas a tiempo, es posible intervenir rápidamente y minimizar así las molestias y los riesgos del insomnio.

Olivia Malvani, BSc

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Dr. med. univ. Bernhard Peuker, MSc

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