Las intervenciones quirúrgicas sólo se utilizan en casos poco frecuentes de síntomas de estreñimiento. Si el estreñimiento está provocado por opiáceos, se recomienda un ensayo terapéutico con antagonistas opiáceos de acción periférica (PAMORA).
La indicación de la terapia suele depender del nivel de sufrimiento de la persona afectada. Si el estreñimiento es secundario a una enfermedad como la diverticulitis, la enfermedad de Crohn o las hemorroides, la enfermedad debe tratarse en primer lugar.
Medidas generales para el estreñimiento crónico:
Medida | Nivel de evidencia |
Educación sobre la frecuencia de las deposiciones | Recomendación |
Tiempo para ir al baño | Recomendado |
Desayunar | Recomendado |
Ingesta adecuada de líquidos | Recomendado |
Aumentar aún más la ingesta de líquidos | No recomendado |
Aumentar la actividad física | Posiblemente eficaz |
Probar el tratamiento con fibra dietética | Recomendado |
Nutrición
El desayuno aumenta en gran medida la actividad motora del intestino grueso. El intestino grueso también trabaja más intensamente después de levantarse, por lo que se recomienda desayunar seguido de una visita al baño. Aumentar la cantidad normal de líquido bebido a 1,5 o 2 litros no tiene ningún efecto terapéutico adicional sobre el estreñimiento. Sin embargo, si existe un déficit de líquidos, éste debe compensarse.
Antes del tratamiento con laxantes, debe probarse la administración de fibra dietética. Si los síntomas remiten, no es necesario realizar más diagnósticos. Los alimentos que aumentan el volumen de las heces son los productos integrales, el salvado de trigo y las cáscaras de psyllium. En cambio, la fruta, la verdura y, sobre todo, las ensaladas contienen menos fibra. Sin embargo, algunos tipos especiales de fruta (por ejemplo, las ciruelas pasas) suelen contener una gran cantidad de sorbitol, que en sí mismo tiene un efecto laxante. El azúcar de la leche (lactosa) en forma de leche o en polvo también tiene un efecto laxante si se supera la capacidad intestinal de absorción de lactosa.
Tratamiento de la disinergia del suelo pélvico
Si con diversas medidas nutricionales se consigue aumentar el volumen de las heces, también se elimina el esfuerzo o la contracción paradójica del músculo del esfínter. El "trastorno operatorio" también puede eliminarse explicando a los afectados la función del esfínter y practicando la presión con relajación del músculo del esfínter durante la palpación digital. Aún más eficaz es el llamado "entrenamiento de biorretroalimentación", que se realiza en casa con un equipo especial.
Laxantes
La dosis y la frecuencia de la mayoría de los laxantes dependen de las necesidades del paciente. El objetivo es siempre conseguir unas heces blandas y moldeadas que puedan evacuarse sin esfuerzo. Limitar la duración de la toma no suele estar justificado. Si un principio activo se tolera mal o no tiene un efecto suficiente, debe cambiarse por otra clase de principio activo. Las sustancias de nuevo desarrollo no son superiores a las sustancias activas más antiguas. En caso necesario, una combinación de preparados de diferentes clases también puede dar buenos resultados.
Laxantes orales
El término laxantes salinos hace referencia al hidróxido de magnesio, la sal de Glauber, la sal de Epsom y la sal de Carlsbad. Estas sales son mal absorbidas por el cuerpo y, por lo tanto, tienen un efecto osmótico. Debido a su sabor desagradable, no son adecuadas para la administración a largo plazo, a excepción del hidróxido de magnesio. Se recomienda precaución en pacientes con insuficiencia cardiaca o renal, ya que el organismo absorbe las sales en cierta medida durante el tratamiento.
Macrogol es una fibra sintética de alto peso molecular (3350-4000) que no puede ser descompuesta por las bacterias. Cuando se utiliza, retiene el agua, lo que provoca un efecto laxante. Como el macrogol no puede descomponerse, no provoca la formación de gases en el intestino. Añadir electrolitos al macrogol no ofrece ninguna ventaja, sino que perjudica enormemente el sabor y, por tanto, la aceptación de los afectados. La dosis diaria recomendada es de unos 10 - 30 g.
Las enzimas del intestino delgado sólo pueden descomponer los disacáridos y los alcoholes de azúcar en monosacáridos de forma limitada o nula, por lo que tienen un efecto laxante. En cambio, la capacidad de absorción del sorbitol en el intestino es limitada. Sin embargo, sustancias como la lactosa o la lactulosa son procesadas posteriormente por las bacterias del colon, con lo que pierden su capacidad de ligar agua y, por tanto, tienen un efecto laxante menos pronunciado. Especialmente con un tránsito intestinal lento, esto conduce a una fuerte transformación de las sustancias. A muchos enfermos también les molesta la formación de gases o el sabor dulce(lactulosa). La dosis diaria es de 10 a 30 g.
El procinético prucaloprida actúa a través del receptor 5-HT4 (receptor de serotonina) y se utiliza en pacientes que responden mal a otras medidas. La dosis diaria suele ser de 1-4 g.
Otros laxantes orales son el bisacodilo, el picosulfato sódico o las antraquinonas.
Efectos secundarios de los laxantes orales
Todos los laxantes comercializados en Europa pueden considerarse seguros y también pueden utilizarse a largo plazo si se toma la dosis correcta. A veces puede producirse una pérdida de electrolitos con el uso prolongado y el aumento de la dosis, aunque no cabe esperar una pérdida de electrolitos con una dosis normal. Con una dosis razonable, no suele producirse hipopotasemia, aunque este efecto secundario suele advertirse en la bibliografía. Algunos pacientes refieren un ligero efecto de habituación al efecto laxante de los laxantes orales, por lo que ocasionalmente cambian de preparado o de principio activo.
Opciones de terapia rectal
El uso de laxantes rectales u orales suele depender de las preferencias individuales de los afectados. Las opciones de tratamiento rectal para el estreñimiento incluyen enemas, clysters salinos y diversos supositorios (por ejemplo, que contienen glicerina o bisacodilo). Las opciones de tratamiento rectal tienen un inicio de acción corto y son fáciles de controlar. Pueden utilizarse especialmente bien para los trastornos fecales.
Intervenciones quirúrgicas
La extirpación del colon (colectomía) con retención del recto sólo debe considerarse en casos de obstrucción grave de tránsito lento refractaria a la terapia y/o megacolon idiopático. También deben descartarse primero todos los trastornos con motilidad reducida del estómago y el intestino delgado.