Al igual que todos los medicamentos, Bronsal puede producir efectos adversos, aunque no todas las personas los sufran.
La severidad de los efectos adversos asociados a un tratamiento prolongado aumenta con las dosis y la duración del tratamiento. Los tratamientos a corto plazo usualmente no suelen producir reacciones adversas.
Frecuentes (pueden afectar a entre 1 y 10 de cada 100 pacientes): trastornos gastrointestinales (náuseas, vómitos, dolor abdominal, diarreas), dolor de cabeza, excitación, insomnio o somnolencia, osteoporosis, fragilidad ósea, hiperglucemia, polifagia (aumento anormal de la necesidad de comer), retraso en la cicatrización de heridas, propensión a infecciones (candidiasis orofaríngea), signos de hiperactividad adrenal (Síndrome de Cushing), hirsutismo (crecimiento excesivo de vello en mujeres, en la cara y en el cuerpo), hiperpigmentación cutánea, úlcera gástrica.
Poco frecuentes (pueden afectar a entre 1 y 10 de cada 1.000 pacientes): edema (hinchazón), hipertensión, insuficiencia cardiaca, hipopotasemia (disminución de los niveles de potasio), amenorrea (ausencia temporal o permanente del flujo menstrual), sudoración, alteraciones neurológicas, hipertensión intracraneal, pancreatitis aguda (inflamación del páncreas), tromboembolismo, miastenia (enfermedad neuromuscular autoinmune y crónica caracterizada por grados variables de debilidad de los músculos esqueléticos (voluntarios) del cuerpo).
Frecuencia desconocida: hipo, visión borrosa (ver también sección 4.4).
Si experimenta efectos adversos, consulte a su médico o farmacéutico, incluso si se trata de efectos adversos que no aparecen en este prospecto.