El tratamiento de la obesidad sólo suele estar indicado a partir de un IMC de 30. Sin embargo, algunos factores pueden hacer que la intervención médica sea útil incluso a partir de un IMC de 25. Esto es especialmente útil en el caso de la obesidad abdominal o de dos factores de riesgo adicionales. Lo mismo ocurre con las enfermedades existentes que pueden mejorar con la reducción de peso.
Para que la terapia tenga éxito, debe establecerse un horario individual y realista. El objetivo debe ser primero estabilizar el peso actual y luego reducirlo lentamente. Las siguientes son algunas de las estrategias que podrían utilizarse en la reducción de peso.
Reducir el consumo de calorías
El objetivo principal debe ser reducir la ingesta de grasas, e idealmente reducir la ingesta total de energía. Debe procurarse un déficit energético diario total de 500 a 800 kcal.
Actividad física
La actividad física puede aumentar el consumo de calorías. Además, el ejercicio también puede reducir el apetito y controlar mejor el estrés. Para muchos, el deporte es también un evento social estabilizador. Además, el ejercicio siempre tiene un efecto positivo sobre el sistema cardiovascular, que se ve especialmente afectado por la obesidad.
Lo ideal es hacer ejercicio al menos tres veces por semana durante 30 minutos. Por supuesto, es mejor hacer ejercicio con más frecuencia y durante más tiempo. En general, sin embargo, debe fijarse objetivos alcanzables. Al fin y al cabo, es mejor hacer poco ejercicio de forma regular que realizar entrenamientos intensos de forma irregular. Estos no tienen ningún efecto positivo adicional sobre el peso y también pueden tener un efecto desmotivador.
Más apoyo
Dependiendo de su situación personal, la pérdida de peso puede apoyarse en muchas otras medidas. Entre ellas se encuentran las terapias conductuales, el apoyo psicosocial y la participación en grupos de autoayuda.
Tratamiento farmacológico
Existen formas de comprimidos y de polvo para ayudar a la gente a perder peso. Por ejemplo, se utiliza el antiadipositivo Orlistat (Xenical), que inhibe el páncreas para que las grasas no se absorban tan bien. Otro fármaco es la sibutramina anorexígeno (Reductil), que favorece la sensación de saciedad a través de sustancias mensajeras en el cerebro. Actualmente se están desarrollando otros medicamentos.
Sin embargo, ni siquiera el mejor medicamento de venta libre es adecuado como único medio de reducción de peso, por lo que los medicamentos deben tomarse en combinación con otras medidas de reducción de peso si es necesario. Además, sólo está indicada en casos especiales y después de que hayan fracasado las medidas conservadoras no farmacológicas.
Terapia quirúrgica
Los pacientes siempre deben ser informados detalladamente de los riesgos y consecuencias de la cirugía. Esto se debe a que la obesidad existente también aumenta en gran medida el riesgo durante la cirugía.
La indicación de la cirugía sólo se da a partir de un IMC de 40. Con un IMC superior a 35, se puede considerar la cirugía si las enfermedades concomitantes requieren una rápida reducción de peso o si todos los demás intentos de terapia han fracasado.
En principio, estas intervenciones quirúrgicas tratan de reducir el volumen del estómago. Esto hace que se limite la ingesta de alimentos, lo que a su vez hace que se reduzca el peso.
Los distintos procedimientos incluyen
- Banda gástrica:Se coloca una banda de silicona alrededor del estómago y luego se llena de líquido según sea necesario. Esto hace que la entrada al estómago sea más pequeña y que sólo se puedan ingerir pequeñas cantidades de alimentos a la vez.
- Gastroplastia vertical: Se utilizan grapas para separar parte del estómago y asegurarlo con una banda de silicona.
- Balón gástrico: Se introduce un balón en el estómago y se rellena con más o menos líquido según sea necesario. Este método apenas se utiliza hoy en día porque conlleva algunas complicaciones.
Sin embargo, para una reducción permanente del peso corporal, también deben cambiarse y optimizarse los hábitos alimentarios. Además, los pacientes necesitan una atención interna, nutricional y psicológica intensiva después de la operación.
Recomendaciones dietéticas para la obesidad
Para poder mejorar la propia dieta, primero hay que conocer las propias necesidades energéticas. Esto depende, entre otras cosas, de la altura, el peso, el sexo y el esfuerzo físico de la vida cotidiana. En función de sus necesidades energéticas, podrá calcular la cantidad de calorías que debe consumir cada día.
Es importante asegurarse de que todos los componentes de los alimentos se consumen en cantidades suficientes. Para ello, hay que estudiar intensamente la composición de los alimentos y su contenido energético cuantitativo y cualitativo. Incluso a la hora de hacer la compra, hay que tener cuidado de comprar los alimentos adecuados. Para ello, hay que practicar la lectura e interpretación correcta de la información nutricional de los envases de los alimentos.
No sólo el tipo de alimentos que se consumen, sino también su preparación juegan un papel importante. Por ejemplo, hay que volver a los métodos de preparación bajos en grasa que además no destruyen el contenido vitamínico de los alimentos.
No hay cambios a corto plazo
Independientemente de cómo cambie su dieta, siempre debe ser una optimización a largo plazo y no dietas a corto plazo. Suelen conducir a una rápida reducción de peso, pero el temido efecto yo-yo rara vez está ausente.
Para conseguirlo, sólo hay que emprender cambios con los que se pueda vivir a largo plazo. Probablemente sea poco sostenible decir que no volverás a picar, pero puedes reducir drásticamente la cantidad de dulces que comes.
Consejos concretos para una mejor alimentación
Pero, ¿qué cambios concretos se pueden hacer ahora para conseguir una mejor alimentación? A continuación se dan algunas pistas. Al final, tienes que probar lo que es factible y eficaz para ti.
Posibles cambios para una buena alimentación:
- Eliminar o reducir drásticamente el alcohol.
- Reducir los carbohidratos, que impiden que el cuerpo descomponga las grasas
- Aumentar la cantidad de proteínas en la dieta, que sobre todo también frena el apetito
- Reducir la ingesta de grasas, concentrándose en los ácidos grasos insaturados
- Ingesta suficiente de líquidos en forma de bebidas no azucaradas
Medidas generales para mejorar el comportamiento alimentario
- Las comidas deben realizarse siempre en el mismo lugar, si es posible.
- Hay que tomarse el tiempo suficiente para disfrutar de la comida.
- Una preparación y presentación atractiva de la comida aumenta el factor de disfrute.
- Deben evitarse por completo las distracciones durante la comida.
- En lugar de recoger más, se debe servir una porción adecuada al principio.
- Mejora de la sensación de saciedad gracias a la alta ingesta de proteínas y a la reducción de grasas
- Carbohidratos en forma de hidratos de carbono complejos (fibra, cereales integrales)
- Reducción de los hidratos de carbono simples (azúcar)
- En caso de que surja la sensación de hambre, la distracción puede lograrse mediante una actividad deportiva, pasatiempos o medidas sencillas como lavarse los dientes.