La olanzapina sólo debe tomarse durante el embarazo previa consulta con su médico.
En el primer trimestre del embarazo, no se ha demostrado un aumento del riesgo de malformaciones, pero las mujeres embarazadas tienen un mayor riesgo de aumento excesivo de peso y diabetes gestacional.
En el 2º y 3er trimestre del embarazo, el recién nacido puede experimentar trastornos de adaptación si se toma hasta el nacimiento. Entre ellos se incluyen trastornos respiratorios, gastrointestinales y del sistema nervioso. En casos muy raros, también pueden producirse convulsiones. Estos trastornos de adaptación pasan al cabo de unos días y el recién nacido se desarrolla con normalidad.
La quetiapina puede utilizarse como alternativa.
Durante la lactancia, la olanzapina sólo debe tomarse tras consultar con su médico. Pequeñas cantidades de olanzapina pasan a la leche materna. En algunos casos, se han notificado sedación, temblores e hiperexcitabilidad en lactantes. El Centro de Farmacovigilancia y Asesoramiento en Toxicología Embrionaria de la Charité-Universitätsmedizin de Berlín opina que la lactancia es aceptable con reservas cuando se utiliza olanzapina sola y se observa bien al niño.