Al igual que todos los medicamentos, este medicamento puede producir efectos adversos, aunque no todas las personas los sufran.
En la mayor parte de los casos, las reacciones adversas se producen especialmente cuando se utiliza a dosis altas y en tratamientos largos.
Los efectos adversos observados, según su frecuencia de presentación: muy frecuentes (pueden afectar a más de 1 de cada 10 pacientes); frecuentes (pueden afectar hasta uno de cada 10 pacientes); poco frecuentes (pueden afectar hasta uno de cada 100 pacientes); raros (pueden afectar hasta uno de cada 1000 pacientes); muy raros (pueden afectar hasta uno de cada 10.000 pacientes); frecuencia no conocida (no puede estimarse a partir de los datos disponibles), han sido:
Trastornos endocrinos
Frecuentes: signos de hiperactividad adrenal (Síndrome de Cushing, enfermedad provocada por el aumento de la producción de una hormona denominada cortisol) a dosis altas; en tratamientos prolongados insuficiencia adrenocortical (enfermedad que se caracteriza por debilidad, sensación de cansancio todo el tiempo, pérdida de apetito y peso).
Frecuencia no conocida: crisis de feocromocitoma (efecto de clase de los corticosteroides) (ver sección 2 “Advertencias y precauciones”), supresión hipotalámo-hipofiso-suprarrenal, inducción de síndrome de Cushing (los síntomas típicos incluyen obesidad de la parte superior del cuerpo, rostro en forma de luna, plétora), atrofia suprarrenal (a veces permanente), reducción de la tolerancia a la glucosa, diabetes, retraso del crecimiento en niños.
Se han observado los siguientes efectos adversos después de la retirada repentina de Prednisona después de su uso prolongado, aunque no todo el mundo los sienta:
- síntomas como fiebre, pérdida de apetito, náuseas, debilidad, inquietud, dolor en las articulaciones, descamación de la piel, presión arterial baja y pérdida de peso (síndrome de deprivación de esteroides).
Trastornos del metabolismo y de la nutrición
Frecuentes: hiperglucemia (aumento muy acusado de los niveles de azúcar en sangre), polifagia (hambre excesiva).
Frecuencia no conocida: hipopotasemia (disminución de los niveles de potasio en sangre), retención de líquidos y de sodio.
Se han notificado casos de síndrome de lisis tumoral en pacientes que padecen neoplasias hematológicas malignas. El síndrome de lisis tumoral puede ser revelado por su médico en base a los cambios en los análisis de sangre como el aumento de los niveles de ácido úrico, potasio o fósforo y la disminución del nivel de calcio, y puede provocar síntomas como calambres musculares, debilidad muscular, confusión, pérdida o alteraciones visuales, dificultad para respirar, convulsiones, latido cardíaco irregular o insuficiencia renal (disminución de la cantidad u oscurecimiento de la orina). Si experimenta tales síntomas, debe informar a su médico inmediatamente (ver apartado "Advertencias y precauciones").
Trastornos musculoesqueléticos y del tejido conjuntivo
Frecuentes: osteoporosis, fragilidad en los huesos.
Frecuencia no conocida: atrofia muscular precedida por debilidad muscular, osteoporosis, miopatía, fracturas patológicas, compresión vertebral en particular osteonecrosis aséptica de la cabeza femoral, rotura de tendón (tendón de Aquiles), en particular cuando se prescribe con fluoroquinolonas.
Trastornos gastrointestinales
Frecuente: úlcera de estómago.
Frecuencia no conocida: úlcera gastroduodenal, perforación gastrointestinal y hemorragias, pancreatitis (inflamación del páncreas) aguda, especialmente en niños.
Trastornos de la sangre y del sistema linfático
Frecuentes: linfopenia (disminución de los linfocitos en sangre), eosinopenia (disminución de los eosinófilos en sangre), retraso en la cicatrización de heridas.
Poco frecuente: policitemia (aumento del número de glóbulos rojos en sangre), tromboembolismo (taponamiento de un vaso sanguíneo por la formación de trombos).
Frecuencia no conocida: leucocitosis (aumento del número de leucocitos en sangre).
Trastornos de la piel y del tejido subcutáneo
Frecuentes: a dosis altas, erupciones, hirsutismo (crecimiento de vello), hiperpigmentación cutánea (coloración excesiva de la piel) y esclerodermia (atrofia de la piel).
Frecuencia no conocida: atrofia cutánea, acné, moratones (equimosis), hipertricosis.
Trastornos psiquiátricos:
Frecuencia no conocida: estado de ánimo eufórico, insomnio, manía, estado confusional, depresión, cambios de humor, psicosis.
Trastornos del sistema nervioso
Poco frecuentes: alteraciones neurológicas, tensión craneal alta y miastenia (debilidad muscular).
Frecuencia no conocida: seudotumor cerebral, convulsiones.
Trastornos vasculares
Frecuencia no conocida: tensión arterial alta, aumento del riesgo de arteriosclerosis (endurecimiento de las paredes de las arterias), aumenta el riesgo de trombosis, edema.
Trastornos cardiacos
Poco frecuentes: insuficiencia cardiaca, cardiomiopatía hipertrófica en neonatos prematuros.
Frecuencia no conocida: Disminución de la frecuencia cardíaca.
Trastornos generales y alteraciones en el lugar de administración
Frecuentes: sofocos, disminución de la resistencia a las infecciones, retraso del crecimiento en niños en tratamientos prolongados.
Poco frecuentes: edema (acumulación excesiva de líquidos), sudoración.
Frecuencia no conocida retraso de la cicatrización de heridas.
Trastornos del sistema inmune
Frecuencia no conocida: reacciones alérgicas (incluyendo, pero sin limitarse: reacciones anafilácticas graves tales como arritmia, broncoespasmo, hipo - o hipertensión, colapso circulatorio, paro cardíaco, debilitamiento del sistema inmune), inmunosupresión (disminución de la resistencia a las infecciones bacterianas, virales, micóticas y parasitarias), riesgo de reactivación de infecciones latentes, mayor riesgo de complicaciones después de la vacunación.
Trastornos del aparato reproductor y de la mama
Poco frecuente: amenorrea (retirada de la menstruación).
Frecuencia no conocida: irregularidades menstruales, disminución de la potencia y la libido en los hombres.
Trastornos oculares
Frecuencia no conocida: corioretinopatía (enfermedad del ojo que afecta a la retina y a la coroides), visión borrosa, glaucoma, cataratas, complicaciones de úlceras en la córnea en pacientes con queratitis herpética.
Trastornos renales y urinarios
Frecuencia no conocida: crisis renal esclerodérmica en pacientes que ya presentan escleroderma (un trastorno autoinmunitario). Los signos de una crisis renal esclerodérmica son aumento de la presión arterial y disminución de la producción de orina.
Si considera que alguno de los efectos adversos que sufre es grave o si aprecia cualquier efecto adverso no mencionado en este prospecto, informe a su médico o farmacéutico.
Comunicación de efectos adversos:
Si experimenta cualquier tipo de efecto adverso, consulte a su médico o farmacéutico, incluso si se trata de posibles efectos adversos que no aparecen en este prospecto. También puede comunicarlos directamente a través del Sistema Español de Farmacovigilancia de medicamentos de Uso Humano: https://www.notificaram.es. Mediante la comunicación de efectos adversos usted puede contribuir a proporcionar más información sobre la seguridad de este medicamento.