Al igual que todos los medicamentos, este medicamento puede producir efectos adversos, aunque no todas las personas los sufran.
La siguiente sección contiene los efectos adversos más graves que puede reconocer usted mismo:
Deje de tomar ciprofloxacino y contacte con su médico inmediatamente para considerar otro tratamiento con antibióticos si usted nota cualquiera de los siguientes efectos adversos graves:
Raros (pueden afectar hasta 1 de cada 1.000 personas):
- convulsiones (ver sección 2: “Advertencias y precauciones”).
Muy raros (pueden afectar hasta 1 de cada 10.000 personas):
- reacción alérgica grave y súbita con síntomas como opresión en el pecho, sensación de mareo, náuseas o desvanecimiento, o experimentar mareos al ponerse de pie (reacción o shock anafiláctico) (ver sección 2: “Advertencias y precauciones”),
- debilidad muscular, inflamación de los tendones que puede llevar a ruptura de los tendones, especialmente del tendón largo de la parte posterior del tobillo (tendón de Aquiles) (ver sección 2: “Advertencias y precauciones”),
- erupciones cutáneas con riesgo de muerte, generalmente en forma de ampollas o úlceras en la boca, la garganta, la nariz, los ojos y otras membranas mucosas, tales como los genitales, que pueden progresar a la formación de ampollas generalizado o descamación de la piel (síndrome de Stevens-Johnson, necrólisis epidérmica tóxica).
Frecuencia no conocida (no puede estimarse a partir de los datos disponibles):
- sensaciones inusuales de dolor, ardor, hormigueo, entumecimiento o debilidad muscular en las extremidades (neuropatía) (ver sección 2: “Advertencias y precauciones”),
- una reacción a un fármaco que causa erupción cutánea, fiebre, inflamación de los órganos internos, alteraciones hematológicas y enfermedad sistémica (DRESS- Reacción a Fármacos con Eosinofilia y Síntomas Sistémicos, PEAG- Pustulosis Exantemática Aguda Generalizada).
Otros efectos adversos que se han observado durante el tratamiento con ciprofloxacino se enumeran a continuación según la probabilidad que presentan:
Frecuentes (pueden afectar hasta 1 de cada 10 personas):
- náuseas, diarrea,
- dolor en las articulaciones e inflamación en las articulaciones en niños.
Poco frecuentes (pueden afectar hasta 1 de cada 100 personas):
- dolor en las articulaciones en adultos,
- sobreinfecciones micóticas (por hongos),
- una concentración elevada de eosinófilos, un tipo de glóbulo blanco,
- disminución del apetito,
- hiperactividad o agitación,
- dolor de cabeza, mareos, problemas de sueño o trastornos del gusto,
- vómitos, dolor abdominal, problemas digestivos como digestión lenta (indigestión/acidez) o flatulencia,
- aumento de la cantidad de ciertas sustancias en la sangre (transaminasas y/o bilirrubina),
- erupción cutánea, picor o ronchas,
- función renal deficiente,
- dolor en músculos y huesos, sensación de malestar (astenia) o fiebre,
- aumento de la fosfatasa alcalina en sangre (una sustancia determinada de la sangre).
Raros (pueden afectar hasta 1 de cada 1.000 personas):
- dolor muscular, inflamación de las articulaciones, aumento del tono muscular y calambres,
- inflamación del intestino (colitis) vinculada al uso de antibióticos (puede ser mortal en casos muy raros) (ver sección 2: “Advertencias y precauciones”),
- cambios en el recuento de células de la sangre (leucopenia, leucocitosis, neutropenia, anemia), aumento o disminución de las cantidades de un factor de la coagulación de la sangre (trombocitos),
- reacción alérgica, hinchazón (edema) o hinchazón rápida de la piel y las membranas mucosas (angioedema) (ver sección 2: “Advertencias y precauciones”),
- aumento del azúcar en la sangre (hiperglucemia),
- disminución del azúcar en la sangre (hipoglucemia) (ver sección 2: “Advertencias y precauciones”),
- confusión, desorientación, reacciones de ansiedad, sueños extraños, depresión (conduciendo potencialmente a pensamientos suicidas, intentos de suicidio o suicidios consumados) (ver sección 2: “Advertencias y precauciones”), o alucinaciones,
- sensación de hormigueos y adormecimientos, sensibilidad poco habitual a los estímulos sensoriales, disminución de la sensibilidad cutánea, temblores o mareos,
- problemas de la visión (incluyendo visión doble) (ver sección 2: “Advertencias y precauciones”),
- tinnitus (zumbido de oídos), pérdida de la audición, deterioro de la audición,
- aumento de la frecuencia cardiaca (taquicardia),
- expansión de los vasos sanguíneos (vasodilatación), disminución de la presión arterial o desvanecimiento,
- dificultad para respirar, incluidos síntomas asmáticos,
- trastornos del hígado, ictericia (ictericia colestática), hepatitis,
- sensibilidad a la luz (ver sección 2: “Advertencias y precauciones”),
- insuficiencia renal, sangre o cristales en la orina, inflamación de las vías urinarias,
- retención de líquidos o sudoración excesiva,
- aumento de las concentraciones de la enzima amilasa.
Muy raros (pueden afectar hasta 1 de cada 10.000 personas):
- un tipo especial de disminución del recuento de glóbulos rojos de la sangre (anemia hemolítica), una disminución peligrosa de un tipo de glóbulos blancos de la sangre (agranulocitosis) (ver sección 2: “Advertencias y precauciones”), una disminución de la cantidad de glóbulos blancos y rojos y plaquetas (pancitopenia), con riesgo de muerte, y depresión de la médula ósea, también con riesgo de muerte,
- reacción alérgica llamada reacción similar a la enfermedad del suero (ver sección 2: “Advertencias y precauciones”),
- trastornos mentales (reacciones psicóticas conduciendo potencialmente a pensamientos suicidas, intentos de suicidio o suicidios consumados) (ver sección 2: “Advertencias y precauciones”),
- migraña, trastorno de la coordinación, inestabilidad al andar (trastornos de la marcha), trastornos en el sentido del olfato (trastornos olfativos); presión en el cerebro (presión intracraneal y pseudotumor cerebral),
- distorsiones visuales de los colores,
- inflamación de la pared de los vasos sanguíneos (vasculitis),
- pancreatitis,
- muerte de las células del hígado (necrosis hepática), que muy raramente lleva a insuficiencia hepática con riesgo de muerte (ver sección 2: “Advertencias y precauciones”),
- hemorragias pequeñas puntuales debajo de la piel (petequias), diversas erupciones cutáneas o exantemas,
- empeoramiento de los síntomas de la miastenia grave (ver sección 2: “Advertencias y precauciones”).
Frecuencia no conocida (no puede estimarse a partir de los datos disponibles):
- síndrome asociado con la secreción deficiente de agua y concentraciones bajas de sodio (SIADH, por sus siglas en inglés),
- sentirse muy excitado (manía) o sensación de gran optimismo e hiperactividad (hipomanía),
- ritmo del corazón anormalmente rápido, ritmo del corazón irregular con peligro para la vida, alteración del ritmo del corazón (llamada “prolongación del intervalo QT”, observada en el ECG, actividad eléctrica del corazón),
- influencia en la coagulación de la sangre (en pacientes tratados con antagonistas de la vitamina K),
- pérdida de conocimiento debido a una disminución severa de los niveles de azúcar en sangre (coma hipoglucémico). Ver sección 2.
La administración de antibióticos que contienen quinolonas y fluoroquinolonas se ha asociado a casos muy raros de reacciones adversas de larga duración (incluso meses o años) o permanentes, tales como inflamación de tendones, rotura de tendones, dolor en las articulaciones, dolor en las extremidades, dificultad para caminar, sensaciones anómalas tales como pinchazos, hormigueo, cosquilleo, quemazón, entumecimiento o dolor (neuropatía), depresión, fatiga, trastornos del sueño, disminución de la memoria y disminución de la audición, la visión, el gusto y el olfato, en algunos casos con independencia de la presencia de factores de riesgo preexistentes.
Se han notificado casos de aumento de tamaño y debilitamiento o desgarro de la pared aórtica (aneurismas y disecciones), lo que podría producir una rotura y llegar a ser mortal, e insuficiencia de válvulas cardíacas en pacientes que han recibido fluoroquinolonas. Ver también la sección 2.
Comunicación de efectos adversos
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